Ya iniciamos la más linda estación del año, los días son más largos, hay más luz, y más colores y también ricos olores. Pero este tan esperado momento se transforma muchas veces en una fuerte amenaza para los alérgicos.

Por lo que para ese importante número de personas estos días y meses que se avecinan son sinónimo de taponamiento de nariz acompañada de secreción viscosa, estornudos constantes y picazón de nariz, ojos y garganta. Este conjunto de síntomas se conoce con el nombre de rinitis alérgica.

Como ya comenzaron los vientos, esto hace que los árboles liberen sus pólenes al medio ambiente. Estas sustancias están en suspensión y se adhieren a la mucosa nasal y a la conjuntiva de los ojos. Es entonces cuando aparecen los síntomas, y en especial, en aquellas personas que tienen cierta predisposición alérgica.

Quienes tienen una carga genética familiar son más propensos a padecerla, la cual puede provenir del padre, madre, hermanos o algún otro familiar. A ello se le suma la lluvia de pólenes de los árboles del medio ambiente que ocurre en esta época: álamo, arce, fresno, tilo, pero el más odiado es el plátano.

Además claramente se puede afirmar que por la contaminación ambiental y el cambio climático, la primavera llega más pronto, será más intensa, y más prolongada. Por lo que se cree que dichos factores ambientales están afectando de sobremanera a los alérgicos.

Esto se demuestra porque la consulta a los especialistas está creciendo de manera exponencial. Así como el invierno también tuvo modificaciones, de hecho la gripe que es de los meses de junio, julio y agosto este año particularmente apareció más tardíamente y se extiende aún hasta la actualidad.

Las personas pueden tener rinitis alérgica todo el año, pero los síntomas suelen empeorar ante el presente cambio de estación, en este caso en particular la primavera. Se trata de una enfermedad de índole inflamatoria crónica de la mucosa, que recubre las fosas nasales y afecta también la conjuntiva de los ojos manifestándose con picazón e irritación, se conoce entonces con el nombre de rinoconjuntivitis.

El año pasado en el congreso anual de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica, se dio a conocer, por primera vez la prevalencia en nuestro país de la rinitis alérgica, pues no existían datos. el resultado fue que afecta a 1 de cada 5 argentinos o a 2 de cada 10, entre el rango de edad de entre 4 y 55 años. Es decir, 5 millones de personas son las afectadas.

Este dato se obtuvo a través de encuestas telefónicas en todo el país. En total se realizaron 3200 llamados telefónicos y de esto surgió que la rinitis alérgica es más frecuente en mujeres que en hombres, y que un importante porcentaje aún no tiene diagnóstico. Y es la explicación de por qué muchos de los enfermos que no son tratados terminan desarrollando asma.

En el mundo, la rinitis alérgica es una de las enfermedades crónicas, que la padecen alrededor de 600 millones de personas, y la misma impacta enormemente en la calidad de vida.

Es una enfermedad que tiende a ser banalizada por los médicos en general, y es por esto que los enfermos peregrinan buscando una solución y otros tantos conviven con la patología.

La consulta comienza a incrementarse y, cuando la persona ya se sabe alérgica, comienza con anticipación a tomar los recaudos, entiéndase consulta al especialista en otorrinolaringología a alergista, en busca de la prevención y evitar los síntomas que resultan tan molestos y que influyen en las actividades cotidianas: en el trabajo, en la escuela, y en la propia casa, los mismos hacen que el enfermo esté malhumorado, incordioso e irascible.

Es importante recordar que con medidas de control ambiental, cuidados personales y tratamiento instaurado por los especialistas se logra mejorar la calidad de vida El enfermo no se cura con tratamientos pero adquiere bienestar, estado pleno de salud.