Que no puedo. Que no quiero. No me gusta. El repertorio común de los chicos en cuarentena al momento de hacer las tareas escolares. Sólo basta un recorrido por las redes sociales para descubrir a padres desesperados en tratar de hacer cumplir a sus hijos con esta instancia. La realidad vale tanto para niños y adolescentes, sin embargo, son los pequeños de primaria los más afectados. "Podemos advertir que ellos asocian este tiempo con vacaciones, el tiempo de adaptación del relax a la rutina de clases propio de marzo no lo tuvieron y en algunas escuelas están proporcionándoles una gran cantidad de tareas y no siempre pueden ser ayudados por sus padres" explicó Silvia Pugliese, doctora en Psicología y quien fuera una de las primeras psicólogas del Hospital de Niños de San Juan. "Esto es más difícil para los de primaria, que no pudieron retomar el hábito de las tareas y perdieron el contacto con el docente que es quien los motiva para adentrarse en un tema", agregó. Por contrapartida, los adolescentes resultan más independientes y constan de otras herramientas como videoconferencia o uso de plataformas, que los mantienen en contacto con sus pares y el ámbito escolar.

Desgano, fastidio y falta de concentración son las constantes que este medio pudo constatar mediante una maratón whatsapera entre grupos de padres, familiares y amigos. "Me cuesta que hagan la tarea, se distraen por cualquier cosa y si fuera por ellos estarían todo el día con el celu", contó Cecilia Vera, mamá de María de la Paz (7), Felipe (5), y Mateo Videla (4). "Cuesta que se siente, nunca tiene ganas, para mí estaría bueno que escuchen la voz de la maestra para que los motive", sumó Yanina Flores, mamá de Ramiro (7). "El tema de los deberes es con la más chica que cree que está de vacaciones, la mayor ya se maneja sola con sus compañeros y por el teléfono", agregó Carolina Pozo, madre de Malvina (6) y Joaquina Godoy (13).

Con el anuncio oficial de que la cuarentena se extenderá hasta el 26 de abril y que será el sector educativo el último en salir de este proceso, a la preocupación de los padres se suma la incertidumbre de no saber cuándo se concretará la vuelta a clases. "Lo ideal es entonces que se puedan establecer rutinas que ayudan a la organización de la familia toda y así tener un tiempo para las tareas, otro para jugar, otro para compartir en familia", especificó la doctora Pugliese. Al respecto, la profesional sugirió aprovechar situaciones cotidianas para ayudar a los chicos en la incorporación de conocimientos según edades y lo que estén aprendiendo. Así por ejemplo y en el caso de los que encuentran en la primera etapa de primaria, si una mamá está pelando papas, contar cuántas papas tiene y cuántas serán las que finalmente utilizará para cocinar. "La idea es transformar lo que puedan estar aprendiendo en situaciones concretas, bajarlo a lo cotidiano según la edad", puntualizó. Asimismo, destacó el aprovechar la oportunidad para potenciar aquello que el niño pueda necesitar en su proceso educativo. Este el caso de Clara Trujillano, mamá de Octavio (7), Valentina (4) y Lautaro Suero (2). En el marco de la cuarentena, Clara comenzó a hacer de la siesta el momento de lectura para Octavio. "Con la lectura Octavio estaba flojo, ahora se sienta todas las siestas y repasamos, siento también que esto nos ha permitido conectarnos más", dijo Clara.

El tema de los afectos es el otro aspecto que empieza a trascender entre los chicos. No ver a los familiares, perder contacto con amigos y compañeros y encima no poder salir, complica las cosas para niños en aislamiento. "Noto que mi hijo está extrañando a sus abuelos, se pone nervioso cuando los ve por video llamada y eso antes no le pasaba", contó Andrea Fernández, madre de Adrián Ortega (6). "A veces llora sin motivos, extraña a sus amigos y sus primos y no se concentra en las tareas", agregó María José Terué, respecto de su hija Zoe (6). "Quieren jugar con sus amigos, ir a hacer las compras, ver a los abuelos y hasta se enojan con el coronavirus", aportó Beatriz Lima, mamá de Marina (7) y Julieta Marcuzzi (3 y medio). Sin duda alguna es un aspecto que hoy transitamos todos por igual, pero para ellos es más difícil de comprender. "Lo importante es explicarles la razón por la que deben quedarse en casa y no pueden salir, que es bueno para el, que hay que lavarse las manos y cuidar a los viejitos, cuando lo entienden, acatan lo que impone la nueva realidad", explicó la psicóloga. Al respecto y con la intención de que los peques se sientan contenidos, sugirió mantener contacto con los amigos y familiares mediante videollamada, enviar mensajitos y por qué no, motivar a que se filmen en algo divertido para compartir entre los que más quieren.

Las ventajas

1. Según Pugliese, el confinamiento permitió estrechar lazos familiares. Estar todos juntos en esta situación impone consensos y comunicación.

2. El patio de la casa o un pequeño balcón se convierten en un espacio de naturaleza para disfrutar del sol, juntar bichitos y descubrir el entorno.

3. La creatividad está a la orden del día con los materiales disponibles, desde cajas, cartones, masas con detergentes, hasta ropa vieja para disfraces.

4. Es la ocasión para valorar lo que se tiene desde lo afectivo y material a la vez de ayudarles a comprender lo bueno de tener oportunidades.