Contra los pronósticos meteorológicos de mal tiempo, con bajas temperaturas que paralizaban el cuerpo hasta los huesos; y con nubes oscuras que amenazaban arruinar el 21 de Septiembre -con lo que la fecha simboliza- nada de todo eso impidió que miles de jóvenes (también padres y niños) celebrasen el regreso de la primavera como se debe y se merece: alegría, picnic, mate, música y diversión. Como si se tratase de una alineación planetaria perfecta, el cielo se acomodó y el viento se detuvo milagrosamente para vivir una jornada memorable en el Estadio San Juan del Bicentenario. La Semana de las Juventudes tuvo una contundente presencia de los ritmos urbanos en el escenario mayor, de la mano de protagonistas locales (ver nota vinculada) y sobre todo, del ídolo más querido YSY A, por las pibas y pibes que estaban desde las 6 de la madrugada de ayer haciendo fila para ingresar al predio y se bancaron muchas horas de espera por verlo actuar. El rapero bonaerense entró en acción cerca de la hora 20 ante un público multitudinario. Según informó el Ministerio de Desarrollo Humano, hubo unas 60 mil personas que festejaron con trap, reggaetón y freestyle. En este contexto, Alejo Nahuel Acosta, quien tiene más de 2 millones de seguidores (sólo en Instagram), se llevó todos los aplausos y muestras de cariño de una inmensa cantidad de chicas que le gritaban y coreaban sus canciones, como de los chicos que, con sus manos en alto, rapeaban a la par de él, estableciendo mucha sintonía fina con el protagonista. La primera frase que tiró: "¡San Juan! ¿Hay gente con ganas de fiesta esta noche en una ciudad sísmica como ésta?". La respuesta de la multitud fue unánimemente positiva. Efectos especiales con luces, humo, ráfagas de fuego fueron parte del decorado del show en vivo, pero lo que más determinó el ritmo del espectáculo, fueron los giros, saltos, poses y expresiones del freestyler que se movía de una punta a la otra buscando las reacciones del público en las zonas más cercanas al escenario. "¡Yo también las amo, gritonas!", soltó el cantante que fue guardando al mismo tiempo banderas y otros souvenirs improvisados que los fans le regalaban. Entre tema y tema, YSY A fue repasando las canciones de sus discos publicados, de las cuales, su grupo productor le grabó todo el recital en vivo para compilarlo en el "Show de clásicos" que saldrá próximamente en video. Por supuesto, el festejo primaveral no concluyó con YSY A, porque más tarde, las bandas cuarteteras Omega y Q'Lokura -al cierre de esta edición la masa de espectadores se incrementó notablemente- dieron el capítulo final con una impronta diferente. Pero, sin ninguna duda, el sonido urbano dejó una huella notoria en este tipo de espectáculos pensados para un sector de la juventud que sigue incondicionalmente este estilo musical y a sus referentes. 



Masiva convocatoria

Hasta las 20hs, punto exacto en el que subió a escena YSY A, el Ministerio de Desarrollo Humano comunicó que ya se encontraban en el parque de cemento unas 60 mil personas. La mayoría de los jóvenes estuvo aguardando desde el miércoles por la madrugada para ingresar y esperar a su ídolo.



Ellos también se llevaron los aplausos con mérito propio


En la extensa jornada de espectáculos musicales previos a YSY A y a Q'Lokura, también se lucieron los artistas sanjuaninos. En la misma sintonía de ritmos urbanos, pasaron por el escenario los grupos como Talento Urbano, Somos Música, Genética 3, Dembo, Gypsy, Conectrap (integrado por varios freestylers y bailarinas), Kenny y Yvy; más Free Khalo y Delorian. Sin embargo, el grupo Vía 66 fue el que plantó bandera y marcó territorio para el gusto de aquellos que tenían el corazón rockero intacto. No sólo tocaron temas propios con un fuerte sonido de rock barrial, también se animaron a hacer covers de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Pintó muy bien su repertorio para algunos que preferían escuchar inolvidables clásicos. Fue así que el infaltable y mítico "Ji Ji Ji" desató la locura de la masa y emergió el tradicional pogo ricotero. Claro que después, la banda tuvo que detener por unos minutos el recital para tranquilizar y calmar los ánimos, para evitar que se generara algún incidente, puesto que se estaban produciendo varios empujones y reacciones de enojo entre la muchedumbre, que, finalmente, resultaron circunstancias que no pasaron a tener mayor gravedad.