Abrió la puerta de su hogar y el gobernador Sergio Uñac lanzó su primera broma: "Salúdenme tranquilos que estoy inmunizado por un tiempo y no contagio", dijo mientras se le notaba la risa detrás del barbijo. Con ese ánimo recibió al equipo de DIARIO DE CUYO, en una entrevista exclusiva a solas en su casa. Fue una charla con un Uñac íntimo, al punto de reconocer que "hoy estoy seis puntos, pero vuelvo y puedo tener una agenda cargada tranquilamente". Esa calificación obedece a que admitió que aún se agita, "te cansas más, te cuesta mucho más recuperarte" y que perdió cinco kilos tras superar la enfermedad del coronavirus. Aunque también destacó que estaba desesperado por volver y que "hay que ir haciendo las cosas más pausadas y me daré tiempo entre una cosa y la otra" para retomar sus actividades a fondo y que "implique seguir avanzando desde la salud y no retroceder".

Durante sus cuatro días de internación en el Área Covid-19 del Hospital Rawson, en la soledad del box, en el que hay tiempo de sobra para pensar, el Gobernador resaltó que "no tuve miedo a la muerte. El miedo no es un sentimiento que conviva conmigo. Sí sentía, aunque es difícil de explicar, que estaba molesto conmigo mismo". A la hora de describir esa extraña sensación, el pocitano dijo que "quería seguir trabajando" y que, a fin de año, "era un momento importante, en el que se hacen balances, pero no sé por qué la molestia".

Uñac sí remarcó que la invadió la preocupación de contagiar a su familia, aunque indicó que "fui cuidados hacia atrás. No está contagiado nadie del ámbito del trabajo, de la familia, de las amistades, pero ha sido suerte también, porque puede ser que uno, sin querer, termine contagiando sin darse cuenta". Ese punto, el hecho de no haberle pasado el virus a nadie, "me bajaba el malhumor".

El Gobernador contó que llevó la enfermedad "relativamente bien, pero es como un volver a empezar desde lo muscular, lo pulmonar". En ese marco, sólo tuvo palabras de agradecimientos para la ministra de Salud Pública, Alejandra Venerando; el director del hospital, Jorge Girón; el jefe del Área Covid-19, Natalio Grazziani, y todo el equipo de trabajo, y a la licenciada Mónica Guardia, que era la encargada de hacerle los hisopados en cada viaje a Buenos Aires, tanto en la partida como en el regreso, para constatar que, en el caso de que tuviera Covid-19, se aislara y se cuidara para no contagiar a nadie.

"No estaba tranquilo y quería salir", recordó el Gobernador sobre sus días en internación, pero el virus es "como que te tira el freno de mano". En su vorágine laboral, reconoció que "estaba sumamente conectado con todos y todo el día hablaba por teléfono", pero hizo hincapié en que la responsabilidad institucional descansó (y lo hará hasta mañana) en el vicegobernador Roberto Gattoni, a quien le agradeció porque "se ha portado como un señor y ha conducido el proceso. Yo estaba conectado, pero él estaba al frente y era un ida y vuelta de opiniones, preguntas y consultas".

En todo momento, Uñac puso especial énfasis en el cuidado personal y social para evitar la infección y destacó que, en su caso, "ha sido una experiencia nueva para romper mitos como el de "salí por la vida y contagiate". No es así, no sirve, no te suma, te hace retroceder y pone en peligro la vida". En ese contexto, sostuvo que "siempre fue muy respetuoso del virus. No van a encontrar una foto mía sin barbijo. Siempre me cuidé". Ahora, una vez con el coronavirus en su organismo, manifestó que "sin subestimarlo, siempre pensé que lo iba a superar", dado que se definió como muy optimista. "Eso me jugaba a favor y no me permitía pensar en ningún escenario, más que sólo necesitaba tiempo. Ahora tengo que seguir trabajando en la recuperación física", remarcó.

Además, resaltó que "si la carga viral lo permite, voy a donar plasma". Por otro lado, indicó que se trató de una nueva experiencia, dado que "nunca antes estuve como me he sentido con Covid-19, debido a que nunca me habían operado ni tuve complicaciones de salud".