Ayer comenzó el Congreso Nacional de Domingo Faustino Sarmiento, que tiene el objetivo de abordar diferentes temáticas referidas a la vida y obra del prócer. En este contexto Fernando Barba, presidente de la Academia Nacional de la Historia, habló sobre el Maestro de América, la importancia de su obra y cómo a lo largo de los años fue vapuleado u olvidado por los gobiernos de turno. "Fue un personaje extraordinario, a pesar de que hay gente que no lo quiere. A ningún argentino en el mundo lo estudiaron tanto como a Sarmiento", dijo al empezar la charla y hasta se animó a hablar de cómo la realidad del país está indefectiblemente vinculada al trato que se les da a los personajes de la historia argentina. "Da la sensación de que lo que se quiere es destruir las imágenes de nuestros personajes reconocidos. Esas figuras, como Sarmiento, forman parte de la historia de esta nación. Argentina es un país altamente destructivo de las tradiciones y eso impide que crezcamos", agregó.

Durante una charla íntima, en la que hasta se animó a describir a Sarmiento como "un loco lindo", el historiador dijo que siempre que habla del sanjuanino no puede dejar de admirar todo lo que hizo. "A Sarmiento lo siguen estudiando en todo el mundo. Es que todos los días se encuentra algo nuevo de él", agregó y definió al prócer como un visionario. "Sarmiento era mucho más que un maestro. Todo lo que pensaba lo escribía, cosa que los políticos no hacen. Tenía una forma de escribir igual que su espíritu. Era efervescente", comentó el historiador que fue uno de los encargados de abrir el congreso que continuará hoy y que tendrá a varios especialistas disertando.

Apasionado y sin poder disimular la admiración que siente por el sanjuanino, Barba reiteró en varias oportunidades que es uno de los próceres más vapuleados por los gobiernos. Según el historiador, a Sarmiento se lo critica y se lo criticó por sus polémicas frases, que para él muchas veces son sacadas de contexto, pero nunca se lo miró por su "obra monstruosa".

"Para mí hay gente que no quiere o no quiso a Sarmiento, sobre todo en la época del kirchnerismo, porque creaba escuelas. Pienso que hay grupos políticos que les molesta que se eduque al pueblo. Él tenía la visión de una gran Nación y esto sólo se lograba a través de la civilización. Pero la civilización no se conseguía con poca gente educada. Sino que era necesario que todos supieran leer, escribir y pensar sobre todas las cosas. La escuela daba la posibilidad de que la gente no fuera tratada como ganado", agregó y dijo que uno de los lugares donde más se maltrató al Maestro de América fue en la provincia de Buenos Aires.

""Que no ahorre sangre de gaucho" fue una de las frases conocidas de Sarmiento, pero me cansé de explicarlo y se lo saca de contexto. En la época de Sarmiento los gauchos eran los ladrones, el hombre de campo era el paisano", agregó y comentó, entre risas, que si Sarmiento reviviera seguramente se desmayaría al ver cómo se encuentra la patria que quería construir. "No sé a ciencia cierta lo que diría si nos viera, pero estaría azorado, porque todavía no se ha logrado lo que él pretendía. Fueron varios gobiernos, que sistemáticamente no ahorraron en desaciertos. No puede ser que un país como el nuestro esté permanentemente en crisis. Las autoridades nunca se ponen de acuerdo, y priman más los intereses pequeños y políticos. Hasta que no se haga una unificación de proyectos la cosa no va a cambiar", agregó.

Al hablar de la influencia de la política en el relato de la historia y en el desprestigio de algunos próceres, Barba dijo que de la misma manera que se defenestró a la figura de Sarmiento durante muchos años, hubo épocas que sucedió lo mismo con Manuel Belgrano y con José de San Martín, el "Padre de la Patria".

"Creo que muchos conocen a Sarmiento sólo como maestro, pero él fue más que eso".

"Sarmiento decía que la educación traía comercio y desarrollo, entre otras cosas".

"La educación fue destruida, y por eso actualmente hace falta poner a los chicos a pensar y a leer". FERNANDO BARBA - Academia Nacional de la Historia

De hecho, entre risas, dolor y bronca, admitió que Argentina es uno de los pocos países del mundo que destruye su propia historia y a los personajes que hicieron la Nación. En este contexto el historiador comentó que esa autodestrucción es lo que hace que el país no pueda avanzar y siga cíclicamente en crisis. "Avellaneda -que fue ministro de Justicia de Sarmiento- decía que cuando un país olvida su historia y sus tradiciones, pierde el rumbo. Por eso siempre reitero que cuando uno no sabe de dónde viene no sabe a dónde va; y que destruir lo que viene de atrás impide saber a dónde apuntar. Como verá, estoy un poco amargado por la situación del país", concluyó el historiador.