Entusiasmo. A diario, los alumnos de 6to grado de la Escuela Mercedes San Martín de Balcarce cuidan la siembra que realizaron en el patio.

"Yo no creía que con cáscaras de frutas se podía hacer un abono para las plantas. Con esto aprendí que todo sirve y que sólo hay que saber cómo usarlo". Esta es la primera lección que aprendió Yael Salinas, de 6to grado de la Escuela Mercedes San Martín de Balcarce, en Rawson. Con sus compañeros participó en la creación de una huerta en el patio de la escuela con un objetivo fundamental: aprender a valorar la vida. Fue su maestro, Carlos Orozco, quien puso en marcha este proyecto que ya alcanzó reconocimiento fuera de los límites de la institución y que hasta motivó a los padres a iniciar una huerta en sus casas.

Todo comenzó el año pasado cuando el maestro trajo un par de plantas ornamentales para colocar en el aula, en busca de contrarrestar el ambiente desértico del predio donde se ubica este edifico escolar centenario. Pero como no logró concretar del todo ese objetivo, fue por más. Primero consiguió que Ambiente le donara 4 árboles para comenzar a reforestar el patio. Luego puso en marcha el proyecto de la huerta. "Parte del patio se había transformado en un depósito de mobiliario en desuso, así que le propuse a los chicos limpiarlo y comenzar el cultivo de vegetales y hortalizas. Pero más que ornamentar la escuela, mi idea fue mostrarles cómo sembrando vida, se cosecha vida, para que empiecen a valorarla. Los alumnos que asisten a esta institución, en su gran mayoría, provienen de zonas vulnerables donde no tienen acceso a actividades que los motiven", dijo Orozco.


El docente dijo que los buenos resultados se vieron desde que se puso en marcha este proyecto. Agregó que alumnos de otros grados se ofrecieron a ayudar en la huerta y esto hizo que los chicos se enfocaran en esta tarea antes que a provocar algunos daños en las instalaciones durante los recreos.

La primera tarea fue limpiar ese sector del patio, una de las tareas que más le gustó a Brandon Núñez. "Después que limpiamos el patio parecía otro lugar. Ahora le ayudo a mi papá a limpiar el fondo de mi casa", dijo este alumno.


En un par de meses, la huerta quedó oficialmente inaugurada. Sobre mesones y en el suelo los chicos colocaron los cajones donde sembraron desde hierbas aromáticas hasta acelgas, habas, cebollas y zanahorias. Desde entonces, no paró ni el trabajo ni los reconocimientos. "Desde el INTA se enteraron de este proyecto y nos visitaron para entregarnos sobres con semillas. Ya entregamos 1.000 sobres a las familias de los chicos que también comenzaron a hacer una huerta en sus casas. Nos visitó la ONG Expovida y alumnos de la UNSJ que basarán su tesis en nuestro trabajo", dijo el docente.


Los padres de los alumnos también colaboraron con la causa. Realizaron los carteles para identificar las especies que cultivaron y fueron los protagonistas de las ferias que hubo dentro y fuera de la escuela para promocionar esta huerta. "A las mamás les enseñé sobre las propiedades que tienen los vegetales y hortalizas y algunas recetas. Ellas prepararon diferentes platos con lo cosechado en la huerta para que degustaran los participantes de las ferias. Los resultados de este proyecto superaron mis expectativas", dijo Orozco.

La matrícula

504  es la cantidad de alumnos, de primero a sexto grado, que asisten a la Escuela Mercedes San Martín de Balcarce, ubicada en calle Espeleta y Avenida España, departamento Rawson.

Compromiso

Los chicos reciclaron un tanque de mil litros para almacenar agua para el regadío. El municipio de Rawson una sola vez les llevó agua para llenarlo. Ahora los chicos acarrean agua en botellas para regar la siembra.