EN FAMILIA. Camilo y Jerónimo y sus familias. Los niños mostraron con una foto lo que significa la empatía.

 

Jerónimo no sabía lo que es el síndrome de Asperger, sólo entendía que a su compañero los ruidos no lo dejaban concentrarse. Por eso, dejó su banco y fue hasta el de Camilo, a quien le tapó las orejas con sus manos para que pudiera terminar la tarea. La ayudante terapéutica en el aula tomó una foto y por esas cosas de las redes sociales se hizo viral. La imagen de esos niños de 7 años fue una muestra de compañerismo y de verdadera integración que conmovió a la provincia (e incluso un poco más allá), a la velocidad de internet.

El episodio sucedió en el 2do B del Colegio Don Bosco y los protagonistas son Camilo Luna y Jerónimo Arbanas. Son dos chicos que se quieren y respetan como compañeros y que sólo saben que salieron en los medios. Para ellos todo sigue como siempre y parece claro que volverán a tener otros días iguales y con gestos similares, pero sin posteos virales.

En tanto, detrás de los niños hay unas mamás y unos papás que no dejan de emocionarse. Para Natacha y Fabio, padres de Camilo, lo que sucedió es una demostración de que los chicos pueden tender puentes de amor y de integración; además de una señal inequívoca que después de tantos años de luchas, llantos y angustias atragantadas tienen una batalla ganada.

"Este gesto de Jerónimo con Camilo nos emociona, nos hace creer en la inclusión verdadera y en cuánto tenemos que aprender de los niños", indicó Fabio. "Desde los dos años que Camilo mostró algunos comportamientos que no eran habituales y comenzamos a recorrer un largo proceso; hasta que recién en Córdoba dimos con un especialista que le diagnosticó Asperger. Hemos transitado, y lo seguimos haciendo, un camino difícil y de sobreponerse a situaciones adversas porque el sistema aún no está preparado para las personas con Asperger. Y en el caso de los niños en la escuela, no se trata de una cuestión de aprendizaje, ya que en general quienes tienen el síndrome presentan coeficientes intelectuales elevados, sino de la dificultad para sociabilizar o en la aceptación de reglas", explicó Natacha.

A su vez, en Gabriela, la madre de Jero, hay sentimiento de satisfacción, de sentir que tanto ella como Maximiliano, el papá, están haciendo las cosas bien. Tienen el corazón lleno porque saben que en ese niño que sale del colegio jugando y conversando con sus compañeros hay mucha bondad. "Cuando le mostré la foto y le pregunté por qué lo hizo me dijo con toda la naturalidad del mundo que fue para que Camilo se concentrara, que había mucho ruido y que si le tapaba los oídos creía que lo podía ayudar. Ahí le expliqué de qué se trata el Asperger y me prometió que cuando sea grande quiere ayudar a todos los niños", se emocionó Gabriela.

Por la repercusión de la foto, las últimas horas han sido muy intensas para ambas familias. Además, los ojos de Natacha y Fabio siguen húmedos, el orgullo de Gabriela es indisimulable y ahí, en la puerta del colegio, con los dos niños abrazados, flotó esa sensación de que creen más que nunca en que las barreras pueden superarse y que tienen la esperanza de que en el mundo existan muchos más Camilos y Jerónimos.

 

ESPERAN POR LA LEY

El síndrome de Asperger es un trastorno del neurodesarrollo que afecta, de manera específica, a la comunicación e interacción social. Está incluido dentro de los Trastornos del Espectro Autista y en 2019, después de años de lucha, los padres de hijos con TEA lograron que se reglamente la ley 27.043, del 2014. Está referida al abordaje integral e interdisciplinario de esta condición, pero hasta ahora sólo una provincia adhirió (Santa Cruz).