La cabina de testeos que comenzó a funcionar ayer en Emicar y en esta primera etapa destinada sólo a transportistas interjurisdiccionales tuvo un complejo proceso de desarrollo, que demoró aproximadamente dos meses y que requirió cinco prototipos. La que debutó ayer es la primera de cuatro, que cuentan con todas las medidas de seguridad sanitarias y que conforman parte de la estrategia epidemiológica de realizar testeos masivos.

Por otro lado, la provincia mantiene dos casos activos de coronavirus, hay 17 casos sospechosos y descartaron 134 (ver infografía). El médico neumonólogo, en tanto, sigue delicado y en las últimas horas recibió plasma de un paciente recuperado, como parte del tratamiento.

"El desafío más importante fue concretar las ideas y aportes de varios especialistas de distintas áreas. Fue un cúmulo de cosas que tuvieron que canalizarse en lo que hoy es la cabina de testeos. La premisa, de todos modos, era una: seguridad tanto para quien realiza el hisopado y manipula las muestras como para la persona a hisopar. De hecho, tuvimos cinco prototipos en los que fuimos avanzando y perfeccionado", dijo el biongeniero Alfredo García, director de Recursos Físicos y Tecnológicos del Ministerio de Salud Pública.

El trabajo interdisciplinario involucró a ingenieros mecánicos, industriales, electrónicos, microbiólogos, bioingenieros y también al personal que toma las muestras. "Las mangas, las que salen del panel vidriado, llevaron mucho desarrollo. Por un lado, por la rigurosidad necesaria en la desinfección y por el otro porque hay hisopadores que miden entre 1,55 metros y 1,90, así que hubo que buscar también uniformidad en este criterio", destacó García. "Las cabinas, que muestran una estructura metálica simple, cuentan con un trabajo intenso en bioseguridad y también en la electrónica. No se ve nada de eso, pero es fundamental", apuntó.

El lapso de toma, manipulación de muestra y desinfección es de 2-3 minutos. Y el resultado del test puede estar a las 24 horas.