En acción. En la panadería del Hogar San Benito, centro de recuperación para jóvenes adictos, los chicos elaboran productos de panificación para el consumo interno, como una forma de desarrollar un proyecto de vida.


El objetivo fue claro para poner en marcha el nuevo proyecto: adquirir confianza en sí mismos, generar recursos propios de manera honesta y trabajar en su reinserción laboral. Son los chicos que asisten al Hogar San Benito para superar su adicción a las drogas y que hace un par de días inauguraron una panadería en este centro de recuperación. Esta actividad forma parte del tratamiento integral que reciben y que busca levantarles la autoestima y enseñarles a superar los fracasos.

No hubo complicaciones para que los chicos pusieran en marcha la panadería. Por un lado contaron con el apoyo del Ministerio de Desarrollo Humano, del cual depende el Hogar San Benito, que les donó una amasadora, una sobadora, un horno pizzero y los insumos necesarios para preparar pan, semitas, facturas y prepizzas. Por otro, dos de los chicos en tratamiento ya tenían conocimientos de panificación y repostería, por lo que no fue necesario buscar quien les diera una capacitación. "La puesta en marcha de la panadería forma parte de lo que llamamos proyectos de autogestión laboral que, más allá de ser una herramienta de trabajo para los chicos, les sirve para organizarse, armar una pequeña empresa, hacer compras y aceptar fracasos. Además, amasar el pan que consumen es todo un simbolismo. Es comer lo que hicieron con sus propias manos lo que les genera cierta satisfacción, confianza y autoestima", dijo Raúl Ontiveros, a cargo de la Dirección Provincial de Abordaje Integral de las Adicciones.

Ontiveros agregó que por ahora sólo son dos los chicos que elaboran los productos de panificación, pero que se aspira incorporar cuatro o cinco más de los que asisten al Hogar para que se organicen y puedan llegar a formar una cooperativa en el futuro. Dijo que para esto se buscará a un maestro panadero para que les dé un taller de capacitación.

La panadería del San Benito funciona todos los días para elaborar el pan, semitas y facturas que se consumen a diario dentro del centro. Por ahora, su único objetivo es ayudar a la recuperación de los chicos y prepararlos para la vida laboral que emprenderán cuando culminen el tratamiento. "En los demás centros de recuperación también los chicos emprenden proyectos laborales y destinan partes de las ganancias a comprar herramientas para que usen los futuros chicos en recuperación. Es para que generen responsabilidad y terminen con la idea de que por asistir a un hogar del Estado todo les va a llegar gratis", dijo Ontiveros.


Asistencia estatal

Además del Hogar San Benito, donde los adictos reciben tratamiento ambulatorio, funcionan dos centros estatales de recuperación con internación. Se trata del Proyecto Juan, que asiste sólo a varones con problemas de adicción; y el Proyecto María del Carmen, destinado sólo a mujeres víctimas de este trastorno.

En tratamiento

26  es la cantidad de chicos y chicas que siguen un tratamiento ambulatorio en el Hogar San Benito para superar sus problemas de adicción.

Los afectados

Actualmente hay en la provincia 153 personas con problemas de adicción que reciben contención y tratamiento en forma gratuita tanto en las UMAA (Unidad Municipal de Asistencia de Adicciones) como en los tres centros de recuperación estatales. De ese total, el 14% está internado en los centros.