La casa de Ana Álvarez, en el Barrio Costanera, en Chimbas, parece salida de un cuento de hadas. Es que desde lejos se puede ver los atrapasueños y los duendes colgando sobre la vereda. El fundamento: esta artesana, junto a sus hijos que también comparten el oficio, improvisó una feria en el frente de su vivienda como estrategia para aumentar las ventas y poder hacer frente a la crisis económica. Pero, y por el mismo motivo, destinaron un sector de esta feria a la solidaridad, armando un ropero comunitario.

En el cartel dice "Llevá lo que necesités, dejá lo que no usés". Y eso hacen los vecinos del barrio y de las zonas aledañas. "Mi mamá siempre busca ayudar a la gente que lo necesite. Por eso se le ocurrió armar el ropero comunitario que funciona solo. Los vecinos vienen, buscan alguna prenda que necesitan y dejan otra a cambio. Por suerte esta idea ha ayudado a varias personas", dijo Noelia Vera, hija de Ana.

La joven también contó que tras la pandemia, debieron reinventarse para poder vender sus artesanías. Por eso, además de participar en ferias por toda la provincia, improvisaron un puesto de venta en casa.