Alegría sin final. Los chicos se divierten desde que llegan a la colonia hasta que se van a sus casas. Juegan a lo que sea, con sus amigos y no se dan cuenta lo rápido que pasa la mañana.

No tienen ni la más mínima excusa para aburrirse. Es que desde que llegan a los camping juegan con sus amigos y no paran ni para merendar. Así, con mucha adrenalina, gritos y risas viven las mañanas los chicos que asisten las colonias de verano de la Unión Vecinal de Trinidad y del camping de la Mutual de la UNSJ, en Pocito. Durante cuatro horas los pequeños explotan al máximo su energía y su espontaneidad, y no descansan ni un segundo. Las colonias de verano privadas ya llevan al menos 2 semanas de actividades y los chicos no pasan tiempo sin disfrutar. 

Mientras que algunos se meten a la pileta y juegan, y al mismo tiempo aprenden natación, otros hacen deportes. Se adueñan de todos los espacios de los campings y disfrutan al máximo cada mañana. La viven como si fuera el último día de colonia. Gritan, se ríen a carcajadas y siempre encuentran una razón para jugar. De esta manera, el entusiasmo de los pequeños queda en evidencia en cada camping donde funcionan las colonias privadas. 

En las piletas. Con ayuda los profesores, entre juego y juego, los niños aprenden natación. Además de las clases de nado, los chicos tienen minutos libres para jugar en la pileta.

En ambas colonias los chicos pasan en promedio 4 horas por día. Desde la puerta de los clubes se puede oír la alegría de los niños. Ese sonido, muchas veces se mezcla con el de los chapuzones que se dan en las piletas. 

Dentro de las colonias hacen todo tipo de actividades recreativas, deportivas y culturales, pero lo que más les gusta es jugar. Y, jugar sin importar a lo que sea. Si bien los profesores tienen diagramadas las actividades diarias para que los pequeños se diviertan toda la semana, a los chicos no les hace falta mucha planificación. Es que entre actividad y actividad, luego de la merienda e incluso mientras esperan para entrar a la pileta los niños buscan cómo divertirse, pues es lo único que realmente les interesa. Se trepan a los juegos de plaza de los campings, corren por los espacios verdes, se esconden detrás de algunos árboles y hasta se adueñan de cualquier pelota para jugar un breve ’picadito’. Algunos hasta improvisan con zapatillas los arcos para que los espacios verdes parezcan grandes estadios de fútbol. 

En picadito. En las colonias el fútbol es infaltable. Los chicos improvisan equipos y canchas para jugar.

En la escuela de natación de la UVT el aprendizaje de este deporte es lo fundamental, pero los chicos tienen tanta energía que ni cuenta se dan que entre juego y juego aprenden a patalear, a dar brazas y a flotar dentro de la pileta. Además, los chicos tienen clases de varios deportes como vóley y hockey sobre césped. Por su parte, en el camping de la Mutual de la UNSJ las actividades también son bien variadas. Es que los chicos hasta tienen momentos de arte en el que hace dibujos y algunas otras creaciones. Es que se busca que además de los juegos los niños exploren otras actividades que tienen que ver con lo artístico. Y si bien, estas actividades los divierten y hacen que las 4 horas de colonia se les pasen volando, en ningún momento muestran cansancio o aburrimiento. Algunos hasta siguen el juego cuando suben a las movilidades que los trasladan a sus casas.