Teléfonos con datos móviles, ingenio y una voluntad de oro, las herramientas clave de los docentes de departamentos alejados en tiempos de pandemia. Es el caso de Calingasta, Jáchal y Valle Fértil, localidades en donde el servicio de conexión a Internet tanto fijo como móvil no es bueno. Si a ello se le suma que muchos chicos de la zona ni siquiera tienen computadora, la cosa se complica. Y allí aparecen ellos, docentes que en forma voluntaria y aliados a su teléfono, ayudan a aprender a quienes lo requieran aunque no sean alumnos propios. Estos educadores buscan momentos para tener su línea abierta y recibir consultas. Arman tutoriales o videos explicativos. Envían contenidos en horarios personalizados para aquellos estudiantes que no tienen acceso a datos, pero que cuentan con un celular y pueden enganchar un deficiente wifi a determinadas horas.

La realidad en zonas alejadas es compleja, pero no ajena a lo que ocurre en el resto del país. Un reciente informe del Observatorio Argentinos por la Educación arrojó que el 19,5% de los alumnos de primaria y el 15,9% de los alumnos de secundaria no tienen conexión a Internet. Esta limitación complica la educación a distancia impuesta durante la cuarentena por el coronavirus. Desde la Nación y a través del ministerio de Educación local, se distribuyeron cuadernillos pedagógicos para chicos de zonas alejadas o rurales bajo esta situación. Tienen contenidos para los diferentes niveles (inicial, primaria y secundaria con ciclo básico u orientado) y fueron entregados en forma personal entre los alumnos.

La estrategia es necesaria, pero no suficiente. No todos los chicos cuentan con la asistencia familiar para completar los cuadernillos y si la tienen, surgen las dudas típicas en donde la retroalimentación entre docente y alumno se hace necesaria. Ante la demanda espontánea, los docentes de zonas alejadas debieron reinventarse entre la necesidad y la tecnología, disponiendo su tiempo más allá de sus obligaciones áulicas, porque cuando la limitación es grande y hay ganas de aprender, sólo queda ayudar.


Alberto Rey / Jáchal

El músico profesor


Alberto Rey vive en Jáchal y tres veces por semana se traslada hasta Iglesia para dar clases de música en el Nivel Inicial de escuelas en Colola, Angualasto, Conlagüil y Las Flores. En el marco de la cuarentena y como todos los docentes, comenzó a enviar las guías de trabajo de su materia a sus alumnitos. La necesidad hizo que de pronto terminara ayudando a chicos jachalleros en sus tareas con lo vinculado a música, pero también con dudas de otras materias como Lengua y Literatura. Son chicos de primaria y secundaria que saben de su tarea docente, pero que lo conocen más como artista local a través de su banda "Viernes 13". "Los ayudo en la comprensión de las consignas sobre todo de música, pero también de algunas otras materias porque el problema que tienen a veces es la interpretación de los textos", contó Alberto, quien dijo estar disponible full time para responder las llamadas ante las dudas que los chicos tengan. "Me llaman por teléfono y si necesitan de algo específico lo gestionamos por Whatsapp sobre algo puntual de las guías, he tenido casos de chicos que quieren aprender pero que a las familias no les importa mucho", comentó. Su pasión por la música también lo llevó a orientar a chicos que quieran aprender guitarra para entretenerse en cuarentena. Les envía material sobre el posicionamiento de notas y sugiere algunos links sobre música.

Julio Arias / Valle Fértil

El payaso de la alegría


"Cuando repartí casa por casa las guías educativas a los niños y vi sus caritas a través de la ventana, me propuse que mis clases sean divertidas para ellos", contó Julio Arias, docente en la escuela Provincia de Formosa en Valle Fértil. Julio da clases a niños de primer grado y se le ocurrió comenzar a filmar videos cortos que manda por Whatsapp a sus alumnitos, todos con el contenido pedagógico que los chicos necesitan. "Le puse colores a mi guardapolvo, como un payaso, y enseño a los chicos a través del juego y aprovechando materiales reciclables como cartones de huevo y tapitas con las que pueden contar por ejemplo", comentó. Esa iniciativa la sumó a la planificación que hace para los niños de su escuela, pero por la repercusión, sus videos se compartieron a través de su directora, con los chicos de la escuela Presbítero Carlos Medina Suárez, una escuela ubicada en Baldes del Sur que queda a 30 km de la villa cabecera. "Los chicos me mandan foto de sus actividades y yo se las corrijo por Whatsapp. A veces busco horarios para enviar material, como a una familia que pone su teléfono a la noche debajo de un tarro para captar la señal de Wifi cercana porque no tienen para recargar datos", contó. La conectividad es un problema en la zona. Por eso sus videos no son de más un minuto y medio. "Son para motivarlos", cerró el docente.

Rosana Saldívar / Calingasta

Horarios abiertos


En la siesta y de 20 a 21 horas Rosana Saldívar tiene disponible su teléfono para consultas educativas de los chicos que lo puedan necesitar. Rosana vive en Hilario a 25 kms de Barreal y 17 km de Calingasta. En marzo iba a comenzar con la implementación de un proyecto de tutorías en la Juan Pedro Esnaola y Saturnino Aráoz de Barreal, una iniciativa que años antes llevó con éxito en una escuela de Sorocayense y con apoyo de una empresa minera. A los pocos días empezó la cuarentena, todos conocemos el resto.

Eso no impidió que al tiempo recibiera el llamado de algunos de sus antiguos alumnitos de Sorocayense. La conocían de sus tiempos en la escuela y la contactaron para ayuda en sus tareas escolares. "Son chicos semirrurales que se manejan con un celular pero a veces la señal es tan mala que ni siquiera pueden contactar a su docente y buscan ayuda, a veces se tienen que trasladar a una placita o un lugar de altura para bajar un PDF", contó Rosana. Es así que estableció horarios de consulta para quienes lo requirieran. "Me mandan una foto del cuadernillo educativo sobre lo que tienen dudas, yo les hago la devolución y a veces armo como unos tutoriales que envío para explicarles", contó. Según la docente, la necesidad principal es porque muchos papás no saben cómo ayudarles y los chicos se las rebuscan con las guías.