"Se me parte el corazón cuando les tengo que decir a los chicos que no se pueden quedar a jugar", comentó con los ojos brillosos, Teresa Carrizo, una vecina del barrio René Favaloro en Chimbas quien organizó un chocolate para unos 600 chicos del lugar. Así, con esa metodología de entregar la bebida caliente pero sin los tradicionales juegos, respetando el distanciamiento y con barbijo, se llevaron a cabo las celebraciones por el "Día del Niño" en plena pandemia por coronavirus.

Esas postales inusuales para un Día del Niño quedarán marcadas a fuego. Es que a pesar del buen estatus sanitario que ostenta la provincia, no se permiten las reuniones masivas pero aún así las organizaciones no gubernamentales, uniones vecinales y municipios se las ingeniaron para agasajar a los más chicos en su día.

En la recorrida de este medio por algunos chocolates, se pudo notar el cumplimiento del protocolo. Los chicos asistieron con su recipiente para retirar el chocolate, mientras que los organizadores hicieron cumplir el distanciamiento y colocaron alcohol en gel en las manos de los pequeños que asistieron con su barbijo. Sin dudas lo que más les costó a quienes comandaron estos eventos, fue hacer cumplir el distanciamiento.

Si bien la mayoría de los departamentos celebrará durante la semana, ayer dos municipios tomaron la posta: en Chimbas se realizaron 76 chocolates y en Capital 33, y seguirán durante la semana.

En el barrio Favaloro, las chicas del equipo del fútbol femenino hace dos meses que comenzaron a reunir lo necesario para que la pandemia no les impidiera cumplir con una costumbre que vienen haciendo hace 9 años. "Muchos padres de estos chicos no tienen con qué comprarle un regalito a sus hijos. A nosotras no nos sobra nada pero nos sobra corazón para darle una alegría a estos chicos", manifestó Teresa Carrizo, la fundadora del equipo quien recibió en su casa a los pequeños que fueron alternadamente a buscar su jarra de chocolate. Hicieron más de 120 litros y armaron 400 bolsitas con golosinas y juguetes que consiguieron y que se repartieron entre pequeños de ese barrio pero también de los complejos habitacionales cercanos, como el Cipolletti, Amistad y Lote 43.

"En tiempos difíciles como los que estamos viviendo, que los chicos puedan tener un juguete y compartir el chocolate con su familia, ya es algo que nos deja satisfechos", comentó Ramón Corzo, de la Unión Vecinal de la Villa Saffe en Capital. Allí hicieron un sondeo para saber cuántos juguetes necesitaban para que ningún chico se quede sin regalo. Tuvieron el apoyo del municipio, incluso estuvo presente la concejal Betty Muñoz, quien manifestó que continuarán apoyando la realización de chocolates durante la semana: "La labor de los merenderos en esta pandemia viene siendo fundamental, el premio es esa sonrisa enorme de cada niño", comentó la edil.