Orgulloso. Santino dijo que está orgulloso de haber representado a San Juan en dos campeonatos nacionales de jineteada y de haber ganado el premio mayor.

 

Un simple saludo basta para corroborar que respeta al pie de la letra el principal consejo que le repite su padre a diario: ser humilde. Y lo es, pese a que le sobran motivos para creerse un ganador. Es Santino Castro, que con sólo 12 años ya ganó dos campeonatos nacionales de jineteada. El último galardón lo obtuvo el fin de semana pasado en la Festival del Caldén en la vecina provincia de San Luis.

Santino creció mamando tradición. Heredó la pasión por la jineteadas de su padre y de sus dos hermanos mayores. Por eso nadie se opuso a que practicara la doma de petizos desde los 7 años, y que a los 8 participara en la primera competencia nacional en Córdoba. Pese a una caída que asustó a toda su familia. En una de las jineteadas locales el petizo cayó completamente sobre él, aplastándolo. Milagrosamente no tuvo ni un rasguño, y el joven jinete lo tomó como una "señal" de que debía continuar con su pasión. "Jinetear me gusta una banda. No les tengo miedo a las caídas ni a los golpes. Mi papá y mis hermanos me enseñaron bien las técnicas y sobre todo a respetar al caballo. Las que más sufren con lo que hago son mis tres hermanas y mi mamá que a veces me pidió llorando que no jinetee más, pero después me termina apoyando. Aunque los 10 segundos de monta para ella son una eternidad. Aparte ya sufrió bastante también con las jineteadas de mi papá y de mis hermanos", dijo.

En 2021, Santino ganó la primera competencia nacional de jineteada. Fue en Las Varillas, Córdoba, donde representó a la Agrupación Gaucha Guardamontes, de Rawson, a la que pertenece toda su familia. Completó todas las montas si ser derribado por el animal, lo que sorprendió a los espectadores. Lo mismo ocurrió durante la segunda competencia nacional que ganó el fin de semana pasado, en San Luis. "Siempre que monto al petizo me concentro mucho para tratar de saber qué movimientos va a realizar, también lo miro fijo, pero con dulzura para transmitirle confianza y seguridad de que no le voy a hacer ningún daño. Eso también me da confianza para realizar al doma sin ningún temor. Claro que, cuando gano y subo al escenario a recibir el premio, ahí flaqueo un poco. Es que me emociona y llena de orgullo hacer que San Juan se destaque. Cuando recibí el Caldén de Oro casi lloré", dijo Santino.

Pese a su juventud, el chico ya imagina su futuro. Seguirá jineteando hasta cuando Dios quiera, pero no se retirará del ámbito gauchesco donde se respeta y fomenta la tradición. Dijo que estudiará Veterinaria para poder atender a los caballos de todas las agrupaciones gauchas de la provincia. "Estoy en segundo año del secundario y escuchando a mi papá decirme que el estudio es lo primero. Como todo padre me amenaza de que si me va mal en la escuela no me va a dejar que jinetee. Pero no hace falta, le pongo pilas al estudio porque quiero ser veterinario", sostuvo.