Visitas. El oratorio de la Difunta Correa, en Nuche y Santa María de Oro, recibe la visita de devotos todos los días, según los vecinos de la zona que también se dedican a cuidarlo.

 

Antes estaba perdido en un baldío que la gente usaba de basurero. Ahora quedó en un paso de tránsito clave y a la vista de todos. Se trata del oratorio en honor a la Difunta Correa que construyeron con chapa y cartón prensado justo bajo un gran aguaribay en la nueva intersección de calles Santa María de Oro y Nuche, en Capital. Cuando abrieron esta última arteria, la construcción quedó a su margen derecha ya que, según los vecinos, el municipio decidió no derribarla. Actualmente está inmersa en una rotonda con calles pavimentadas.

El oratorio de la Difunta lleva más de 20 años en el mismo lugar, pero desde hace un par de ellos comenzó a tomar mayor trascendencia y a recibir más visitas. Fue cuando quedó habilitado ese tramo de la Nuche. "Cuando la gente comenzó a transitar por esta zona, descubrieron este lugar donde poder prenderle una velita a la Difunta o pedirle alguna gracia. Pero desde hace unos meses se volvió más conocida. Como la Avenida Ignacio de la Roza está cortada por el ensanche, el tránsito se desvió para este tramo de la Nuche. Desde entonces viene más devotos al lugar", dijo Estela Chirino, vecina del lugar.

El oratorio permanece cerrado de martes a domingo, ya que todos los lunes llega a este lugar una mujer que la abre durante todo el día. Según cuentan los vecinos, se trata de la nieta de la mujer que construyó hace más de dos décadas para cumplir con una promesa y para que los devotos de la Difunta tuvieran un oratorio más cercano que el de Caucete donde rendirle culto. "No sabemos el nombre de la señora que viene a abrir la construcción los días lunes, sólo que mantiene esta tradición que pasó de generación en generación. Ella llega a eso de las 11 y se va como a las 18 para mantener abierto el lugar para la gente. Todos los lunes vienen muchas personas que prenden velas y que dejan botellas con agua y alguna que otra ofrenda", dijo Silvina Ábalos, otra vecina.

Este oratorio fue varias veces fue víctima del vandalismo por lo que los vecinos decidieron cuidarlo, especialmente durante la noche y madrugada. Pedro Tramontín dijo que varias veces tuvieron que llamar a la Policía para evitar que alejara a las "patotas" de chicos que llegaban al lugar para romper las instalaciones. También agregó que uno de los vecinos es el encargado de regar las plantas que hay en el predio.

En el sector que rodea el oratorio hay un sitio destinado para dejar las botellas con agua y otro para encender las velas. En este último sector hay una casucha de chapa, ya herrumbrada, con candelabros en el interior cubiertos de sebo.

 

Otro santuario para honrar a Deolinda

En el departamento 9 de Julio se encuentra otro santuario en honor a la Deolinda Correa que visitan sus devotos a diario. El mismo está en la zona sur de La Majadita, en el campo donde dicen que ella nació, y fue construido por sus seguidores. Bajo los restos secos de un árbol y rodeadas de plantas de chañar los lugareños construyeron 5 casuchas para albergar imágenes suyas. El lugar ya está rodeado de botellas con agua, velas y rosarios que la gente dejó en su honor.

El sendero, en medio del páramo, que lleva a este oratorio está demarcado con piedras pintadas de blanco para que los devotos lleguen al mismo sin extraviarse.