Con todo. Hace poco más de un mes comenzaron a tejer. En primer lugar, los abrigos serán para los chicos que asisten al Centro de Desarrollo Infantil. También asistirán a Casa SAHNI.

 

Durante poco más de dos horas, los martes y jueves, el salón de estar de la Residencia Eva Perón, cambia por completo. La mesa se llena de ovillos de lana y las residentes están divididas en grupos. Unas desovillan, otras tejen y también están los abuelos que ceban mate para que la jornada sea más llevadera. El taller se llama "Manos Adoradas".

Fanny Andino es la más movediza. Es la interna más nueva que hay en el hogar ya que llegó hace un mes. La mujer teje desde que era joven y por eso se transformó en poco tiempo en la referente de las demás. Así es que el taller de tejido que comenzó para que las abuelas se entretengan, ahora tiene un fin solidario. Es que todo lo que están confeccionando será donado a los chicos que asisten al Centro de Desarrollo Infantil que funciona en el mismo predio. Sobre todo para los hijos de las mujeres que están detenidas en el Penal de Chimbas.

La idea de que las abuelas comenzaran a teje surgió de Zulma Gonzalez, que es la costurera de la Residencia. La mujer las comenzó a organizar y si bien tienen dos dias fijos, hay muchas que son tejedoras de alma y que dicen que por las noches continúan con sus labores. Graciela Kisilov es una de ellas. Desde que era joven se dedica al tejido y ahora retomó el gusto por las agujas y las lanas multicolores.

Escarpines, zapatitos para dormir, camperas, chalecos y gorros. Las tejedoras ya tienen una buena cantidad de prendas realizadas y no pueden seguir avanzando porque les falta lanas y agujas. Es por eso que también piden que la gente les done esta clase de materiales.

Hasta hace unas semanas, Edith Mecías no sabía tejer. Ahora está aprendiendo a entrelazar la lana con mucha habilidad. Aunque dice que lo que mejor hace es armar ovillos. Esta es la otra tarea fundamental dentro del taller. Así, las abuelas se dividen la tarea. Con los brazos abiertos, algunas sostienen las madejas mientras que las compañeras, con mucha paciencia arman los ovillos.

Roza Zalazar está en silla de ruedas, y es una de las tejedoras más rápidas. Su especialidad son los escarpines y los chalecos. Teje al crochet y se prepara con todo para llevar sus creaciones a los niños de Casa SAHNI.