Por la leche. Muchos niños, en horas de la tarde, asisten a los merenderos para consumir la única ración de leche del día. En cuarentena aumentó la cantidad de gente que asistió. 

La crisis sanitaria y por consecuencia la cuarentena, que hoy cumple 100 días, repercutió en toda la comunidad. Algunos sanjuaninos se las ingeniaron para vivir el día a día con lo poco que tenían, pero hubo muchas personas que ni para eso tuvieron recursos. Es por esto, que los merenderos y comedores comunitarios debieron trabajar más duro para poder aumentar la cantidad de porciones diarias. Desde algunas instituciones, que históricamente trabajan ayudando a los más necesitados, comentaron que las primeras semanas de la cuarentena fueron las más duras, pero con el paso de los días y a medida de que muchas actividades fueron habilitadas nuevamente algunas personas dejaron de tener tantas necesidades, y que hubo un leve baja en la cantidad de personas que pidieron alimentos. Algunos dijeron que por momento llegaron a entregar más del doble de porciones que en épocas normales y que tuvieron que reforzar su trabajo para poder tener suficientes alimentos para las personas con más necesidades.

Cáritas es una de las instituciones que más comedores y merenderos concentra en la provincia, de hecho tiene sedes en casi todos los departamentos. Mario Noroña, el referente de esta institución religiosa dijo que tienen 37 comedores o merenderos en la provincia; y que ellos notaron que el crecimiento de gente se dio en gran medida en la primera mitad de la cuarentena. "Calculamos que hubo un 200% más de personas. Lo que nos llamó la atención es que antes iban a buscar alimentos personas solas, y ahora hay grupos familiares que necesitan comida porque no tienen recursos. Al principio notamos un crecimiento, luego un descenso leve y hasta ahora se mantuvo. Igual hay más gente que en épocas normales", dijo y comentó que ellos alimentan en este momento a más de 2.500 personas.

Organización. En el comedor de la Parroquia Santos Cosme y Damián, en Rawson, dan almuerzo a todas las personas que se inscriben con anterioridad.

En el mismo sentido, el padre Rodrigo Robles del comedor Hogar Niño Jesús, de Rawson, dijo que cuando comenzaron a entregar las viandas distribuían pocas porciones, y que con el paso de las semanas llegaron a dar hasta 700 raciones de alimentos. "En los últimos días disminuyó la cantidad de personas que vinieron a buscar alimentos porque algunos retomaron sus trabajos informales, pudieron hacer changas o volvieron a trabajar en casas de familia", dijo el sacerdote y comentó que en la parroquia el grupo Scout abrió en la cuarentena un merendero que ayuda a 30 niños dos veces a la semana.

Otra institución que concentra a una gran cantidad de comedores y merenderos es la Asociación Amas de Casas. Laura Vera, la referente de este grupo comentó que ellos tienen 11 comedores y 26 merenderos. "Los tenemos desde hace 1 año y medio en varios departamentos. Antes del aislamiento asistían entre 30 y 50 personas. Desde que empezó la cuarentena, los comedores que asistían a 30 personas ahora ayudan a 80, mientras los que alimentaban a 50, ahora lo hacen a más de 200 personas", dijo y comentó que ellos asisten a más de 2.700 personas todos los días.

En Rivadavia. En el asentamiento La Defensa todos los días la gente hace fila para buscar la comida. 

Al igual que ella, desde otros comedores particulares contaron que además del aumento de personas los comedores o merenderos se vieron afectados de varias maneras en la cuarentena. Es que además de tener que conseguir más comida, leche y otras cosas para las personas debieron modificar su forma de trabajo. "Para poder mantener el distanciamiento comenzamos a repartir la comida o bolsones de mercadería por las casas para que la gente no se amontone en la sede. De esta forma evitamos también, que ellos salgan de sus casas", contó Adriana Muñoz, de la Asociación del Milagro que asiste a personas de Pocito. Mientras que, Sandra Quinteros (de Caucete) y Valeria Gómez (de Rivadavia) contaron que por momentos se vieron desbordados y que hay días hasta en los que les cuesta tener los alimentos para poder preparar las ollas populares.