A paso lento. Por momentos se formó un congestionamiento de gente en la escalera que conduce al oratorio donde está la imagen de la Difunta Correa. Hubo que hacer fila hasta por media hora para poder llegar a destino.

El pronóstico del tiempo este año alteró los planes de los promesantes que en la madrugada del Viernes Santo peregrinan hasta la Difunta Correa. Decidieron emprender la marcha dos horas antes de lo acostumbrado por la amenaza de viento intenso, entre las 5 y las 6, y de lluvia que anunciaron el climatólogo Germán Poblete y el Servicio Meteorológico Nacional, respectivamente. Ninguno de los dos fenómenos se hizo presente y los caminantes pudieron completar el trayecto con condiciones climáticas favorables y llegar a destino a cumplir sus promesas.

En Viernes Santos anteriores, los promesantes coparon la Senda del Peregrino entre las 3 y 5 de la madrugada. Este año, el camino permaneció casi vacío en esa franja horaria. El mayor contingente de peregrinos se concentró entre la medianoche y las 2 de la madrugada. "Hace tres años que venimos caminando a la Difunta y salimos a las 2 desde Caucete. Esta vez partimos a la medianoche por miedo a que nos agarrara el viento o la lluvia", dijo Marcelo Ontivero.

A las 4,30 de la mañana, los integrantes de la Agrupación Dirigentes Barriales se quedaron sin provisiones para convidarles a los peregrinos. Fue dos horas antes que en años anteriores. Paco Álvarez, al frente del grupo, dijo que como la mayor parte de los caminantes pasó "mucho antes" que otras veces, más pronto se quedaron sin mate cocido y sopaipillas para convidarles gratis. "Este año los promesantes pasaron muy temprano. Por suerte nosotros también instalamos el puesto un par de horas antes, así que pudimos darle provisiones a la mayoría para que reponga energía y pudiera continuar con la caminata", dijo el hombre.

La peregrinación anticipada también generó que, en horas inesperadas, la gente copara el oratorio de la Difunta Correa. A las 6 de la mañana ya no quedaba espacio disponible para armar carpas y algunos terminaron instalándolas sobre los cerros o muy cerca del oratorio. A esa hora también, los devotos tuvieron que hacer fila hasta por media hora para poder llegar hasta la imagen de la Difunta y dejarle velas y agua. En ocasiones anteriores, esta aglomeramiento de gente en la escalinata del oratorio comenzaba a suceder con los primeros rayos de sol.

Otro congestionamiento de gente a esa misma hora se produjo al ingreso al predio. Eran las personas que cumplieron sus promesas y que ya esperaban el colectivo para regresar a sus casas, también más temprano que lo acostumbrado. "Nosotros siempre venimos después de las 8 a Vallecito, pero este año madrugamos por el pronóstico. Menos mal que ni corrió viento ni llovió porque cuando llegamos a eso de las 5 ya estaban todos los paradores ocupados y no había dónde refugiarse en caso de ser necesario", dijo Beatriz Moreno, de Rawson, que cada Viernes Santo llega a Vallecito para darle gracias a la Difunta por "las bendiciones recibidas".

Muchos promesantes, además de peregrinar más temprano, también decidieron retirarse del predio luego de cumplir con sus promesas. Es por este motivo que, a diferencia de otros años, no se vio una gran multitud de personas durante la jornada.

Sin lugar. A las 8 de la mañana ya no quedaba espacio libre para armar las carpas. Algunos promesantes las instalaron sobre el cerro o muy cerca de la escalinata que conduce al oratorio de la Difunta Correa.
Turistas. Ayer llegaron a Vallecito 3 colectivos de dos pisos con 180 cordobeses a bordo que también quisieron visitar la Difunta Correa.
Solidarios. Gente de Capital, Rawson, Albardón, Pocito, Caucete, 25 de Mayo y San Martín hicieron mate cocido y sopaipillas para invitarles a los peregrinos.


Sin espacio

Muchos promesantes se quedaron con las ganas de encerderle velas a la Difunta Correa. Es que no quedaba ningún candelabro desocupado ni espacio libre en el lugar destinado para esto. Se tuvieron que conformar con dejar los paquetes sobre su imagen.

Seguridad

10 fueron los puestos de control policial que se instalaron a lo largo de la Senda del Peregrino y hasta llegar al ingreso al oratorio en Vallecito.

Responsabilidad

La mayoría de los promesantes que circuló en bicicleta no sólo llevó puesto el chaleco reflectivo como indica la ley, sino que le colocó luces o elementos luminosos a sus bicicletas para que los demás pudieran verlas desde lejos en plena ruta.

El joven que renació gracias a la Difunta

Apoyo. Para poder peregrinar hasta Vallecito, Alberto Morales contó con el apoyo y compañía de su hermano menor y de amigos incondicionales.

Estuvo al borde de la muerte o de quedar en una cama de por vida. Pero la Difuntita escuchó sus súplicas y lo hizo "renacer". Eso contó Alberto Morales, de 32 años, quien tras un siniestro de tránsito casi perdió la vida y estuvo en riesgo de quedar en estado vegetativo. Dijo que gracias a la Difunta Correa revirtió los pronósticos médicos que indicaban que no volvería a caminar ni a hablar. En la madrugada de ayer, y apenas pudiendo levantar sus pies, caminó desde Caucete hasta el oratorio para dar gracias y para pedir una nueva bendición: que la "milagrosa" lo ayude a recuperar por completo su movilidad para poder estudiar la carrera de kinesiología y poder ayudar a las personas que pasen por lo mismo que le tocó vivir. "Nadie puede creer que esté haciendo esto. Tras el accidente en moto estuve 8 meses en terapia intensiva y ya llevo 7 meses en rehabilitación. No sólo me dañé el cerebro, sino que me colapsaron los pulmones, se me hundió el tórax y se me desfiguró la cara. El diagnóstico no era nada bueno, según me contó mi familia, pero aquí estoy. No quedé tirado en una cama y hasta puedo caminar y hablar, aunque con algunas dificultades. Por eso decidí hacer este sacrificio, para pedirle a la Difuntita que me ayude a volver a estar como antes y a ser una mejor persona. También vengo a prometerle que si me lo concede voy a estudiar kinesiología así puedo ayudar a las personas que padezcan lo mismo que yo", dijo el joven.

Alberto supo que iba a demorar un par de hora más que el resto en llegar al oratorio. Y que debería hacer varias paradas para recuperar fuerzas. Pero dijo que esto era una demostración tanto de la fe que tiene en la Difunta Correa como de su propia voluntad para superar los obstáculos que le ponga la vida.

La mujer que desafió el dolor por la vida

Compañía. Clara Morales subió la escalinata arrastrándose y con el apoyo de familiares y amigos.

Clara Morales se llevó todas las miradas, cargadas de admiración y respeto. Fue una de las pocas mujeres que hizo el sacrificio de subir de espaldas la escalera que conduce al oratorio. Lo hizo para dar gracias porque su esposo volvió a nacer. "Mi esposo tuvo un accidente de tránsito y estuvo al borde de la muerte y por un mes en terapia intensiva. Le pedí a la Difunta que lo salvara y me cumplió. Ahora es mi turno de cumplirle", dijo.

Caminaron 12 horas para agradecer

A la par. Eduardo Valdez peregrinó de Rivadavia hasta Vallecito junto a su pareja.

Eduardo Valdez emprendió una verdadera travesía junto a su pareja. Caminaron desde Rivadavia, donde viven, hasta Vallecito, lo que les llevó 12 horas. Lo hicieron en agradecimiento a la Difunta Correa. "Yo tuve varios problemas de salud y pensé que moriría. Por eso me encomendé con fe a la Difuntita. Y milagrosamente pude superar todos mis males. Por eso vengo a darle las gracias", dijo.

La madre que hizo doble sacrificio

Decidida. Giulana Chávez subió de rodillas y con su hijo a cuestas la escalera al oratorio.

Giulana Chávez subió de rodillas los 84 escalones que conducen al oratorio de la Difunta Correa, pero con un peso extra. Sobre su espalda llevó a su hijo de 3 años para pedir que su salud mejore. Hizo el trayecto sin descansar en ningún momento. "No me importa el dolor que siento en las rodillas porque más me duele el corazón cada vez que veo a mi hijo que se queda sin respiración", dijo.