TODOS JUNTOS. Además de los carneos, la comunidad de la iglesia Esmirna de San Juan también hizo sorteos y vendió pastelitos para juntar fondos. Al mismo tiempo, los padres participan de las obras para que la única escuela evangélica de la provincia pueda tener aulas nuevas.

La Iglesia Esmirna de San Juan tiene en la provincia la única escuela evangélica. En medio de la pandemia, el establecimiento cerró sus puertas provisoriamente y muchos papás hasta se quedaron sin trabajo y por consecuencia no pudieron seguir pagando la cuota escolar. Ante este panorama, la comunidad religiosa se puso el establecimiento en sus hombros y comenzó a buscar estrategias para juntar dinero (no reciben subsidio del Estado) para que los docentes pudieran seguir cobrando su sueldo en tiempo y forma. Es así que hicieron carneos y hasta vendieron pastelitos para poder recaudar fondos. La pastora Olga Yunyet comentó que gracias a este trabajo y un poco de dinero que ya tenían pueden seguir funcionando como comunidad educativa. "Siempre trabajamos en equipo con nuestra gente y eso nos sirvió en esta situación para que el factor económico no nos frene y podamos seguir con la escuela y los docentes con su fuente de trabajo", dijo y contó que tienen unos 15 docentes y 70 alumnos entre Nivel Inicial (salas de 3, 4 y 5 años) y Primaria (primero y segundo grado).

Económicamente la cuarentena afectó a casi todas las personas del mundo. En San Juan muchas empresas cerraron de manera definitiva y algunas familias se las ingenian día a día para poder subsistir. "Hubo papás -de los alumnos- que por la cuarentena se quedaron sin trabajo, que tenían salones de cumpleaños infantiles y hoy no los pueden alquilar y hay algunos que no tienen ni para seguir pagando el alquiler de sus casas y debieron mudarse a las viviendas de otros familiares. En este contexto no podían pagar las cuotas de la escuela y lo entendemos", dijo la pastora y comentó que fue entonces cuando empezaron con la idea de los carneos, pues ya habían hecho estas cosas años atrás para recaudar fondos para algunas obras de la iglesia. Con ayuda de fieles que viven en casas "de campo" en Carpintería empezaron este trabajo y aprovecharon los primeros fríos. "Hicimos dos carneos y tenemos pensado hacer dos más. Con lo que vendimos pudimos pagar los sueldos. La gente de la Iglesia ayudó de diferentes maneras, trabajando en el carneo o comprando y vendiendo cosas. Así trabajamos nosotros. Tratamos que los creyentes se formen como un todo, porque la persona no tiene sólo una faceta espiritual, deben aprender a salir adelante ante las adversidades y trabajando es la única manera", agregó Yunyet y comentó que también algunos grupos de jóvenes hicieron pastelitos y sorteos para colaborar con esta causa.

Según la pastora, esta iglesia se formó en San Juan siempre a pulmón y con el trabajo de su gente. De hecho dijo que ellos mismos trabajaron para levantar la escuela y ahora lo harán para poder hacer nuevas aulas para los chicos que pasarán a tercer grado. "Cuando podemos pagamos a albañiles, cuando no, lo hacemos nosotros. Tenemos muchos hermanos que saben del oficio y estamos asesorados por arquitectos. Así que ahora aprovecharemos el fin de semana largo para seguir con la construcción", dijo y contó que hasta fieles mujeres ayudan en las obras.