Comunicador. Tras el terremoto del 44, un policía era el encargado de contarles a los vecinos las noticias referidas a la cantidad de fallecidos, entre otros temas.


Se creó hace un siglo y medio para desempeñar una función multifacética y destinada íntegramente a cuidar al ciudadano en diferentes aspectos y ámbitos. Se trata de la Policía de San Juan que hoy celebra su 150 aniversario y que en sus orígenes se encargaba, además de la seguridad y combatir el delito, de bachear calles y hasta evitar que los alumnos se hicieran la ‘chupina‘ (faltar a clases). Esto salió a la luz gracias a un trabajo de investigación que realizó personal de Relaciones Policiales para lograr reconstruir, por primera vez, la historia de la institución. 

La primera Central de Policía funcionó en un edificio de calle Tucumán y Santa Fe, con torre vichadora para vigilar la ciudad.

El 15 de diciembre de 1869, durante la Gobernación de José María del Carril, la Honorable Cámara de Representantes de San Juan sancionó la ley 404 que establece la creación de la Intendencia de Policía. Esta legislación fue impulsada por Domingo Faustino Sarmiento cuando asumió la gobernación de la provincia en 1862, pero que tardó 7 años en ver la luz. 

Hoy, la Policía celebrará su aniversario con una misa en la Catedral, a las 10,30.

Fue a partir de la segunda mitad el siglo XIX que la institución comienza a funcionar con un marco orgánico y un reglamento hasta entonces inexistentes. Y desde sus inicios con una misión que tenía un alto contenido social. ‘Hay que tener en cuenta que en esa época aún no existían los municipios ni otras instituciones que se hicieran cargo de la asistencia social de la gente. Todo quedaba en manos de la Policía. Hemos realizado una búsqueda historiográfica sobre las primeras funciones que tuvieron los policías en siglo XIX. Descubrimos que realizaban trabajos de orden municipal y social, tras cotejar las anotaciones que realizaban los jefes de Policía en los Copiadores de Jefatura, libros que van del año 1865 al 1926 y que están en resguardo‘, dijo Patricia Herrera, subcomisario de Relaciones Policiales.

Según consta en estos libros, era común para la época que las calles de tierra se inundaran debido a las lluvias torrenciales y quedaran en muy mal estado para transitar en carruaje, tal como era costumbre. Y eran los policías quienes salían a tapar los baches que se formaban en las arterias tras la inundación para mejorar el tránsito. También eran los encargados de buscar quién pudiera asistir a personas solas o enfermas. 

Ayuda. Los policías también ayudaron a limpiar y acondicionar los sitios para atender a los heridos en el terremoto.

‘Ante la carencia de otras instituciones como un Ministerio de Desarrollo Humano, era la Policía la que se encargaba de salir al cuidado del otro. Para ello recurría a las sociedades de beneficencia en busca de ayuda para los necesitados. En uno de los libros de 1888, hay una nota del jefe de Policía dirigida a la presidenta de una sociedad de beneficencia y en la que dice que en la Casa de Corrección (la cárcel) se encuentra enferma una mujer llamada Andrea Romero y que como en el lugar no hay elementos necesarios para su curación, se pide que se la reciba en el Hospital de Mujeres. Este es uno de los tantos ejemplos de la labor social que cumplía la institución en sus orígenes‘, dijo Herrera.

Si bien la Policía de San Juan tuvo un importante rol comunitario durante sus primeros años de existencia oficial, fue durante la década del 40 donde adquirió mayor preponderancia, más precisamente en 1944 cuando el terremoto asoló a la provincia. Los efectivos policiales no sólo se encargaron de ayudar a las enfermeras a acondicionar y limpiar los lugares destinados a atender a los heridos a raíz de esta catástrofe, sino que también se encargaron de levantar los escombros de los edificios derrumbados y de distribuir los víveres. Además, cada día antes del anochecer uno de ellos se encargaba de dar el parte oficial de la situación a los vecinos que se reunían alrededor de la plaza para recibir las noticias. Provisto de un megáfono les contaba si había fallecido más gente y daba los nombres de las víctimas que habían sido identificadas, entre otras informaciones.

Ya en 1950, comienzan a incorporarse las primeras mujeres a esta Fuerza para desempeñar un rol netamente social, especialmente destinadas a la contención de los menores. Fue un grupo de 5 damas, que no usaban uniformes ni portaban armas, y que tuvieron a cargo una misión especial: evitar que los alumnos se hicieran la chupina. ‘Como no estaban uniformadas la gente no las reconocía como policías, así que tenían que presentarse en las escuelas para darse a conocer y explicarles a las autoridades cuál era el trabajo que realizaban. Además de cuidar que los alumnos permanecieran en clase, sino también de que no hubiera niños mendigando en las calles o divirtiéndose de manera peligrosa, tareas que actualmente sigue realizando esta institución’, dijo Ricardo Quiroga, oficial principal.
 

> El primer paso hacia la creación

 

Documentación. Uno de los Copiadores de Jefatura contiene el acta donde Sarmiento ordena la compra de uniformes para los policías.

En enero de 1862, Domingo Faustino Sarmiento asume la Gobernación de San Juan y uno de sus primeros proyectos fue conformar la institución policial. El paso inicial fue ordenar la creación de la Intendencia General de Policía y designar a Camilo Rojo como su conductor, con la misión de crear el reglamento de funcionamiento, el que se convirtió en ley (la 404) siete años más tarde. En febrero de ese año, se produce un hecho histórico en el marco del nacimiento oficial de la Policía. Sarmiento ordena la compra de uniformes destinados al primer cuerpo policial que se creó entonces. Este cuerpo policial estaba integrado por 50 jóvenes reclutados que pertenecían a lo más selecto de la sociedad y que cumplían con un requisito indispensable: saber leer y escribir. "Para Sarmiento la educación y la cultura era la base de toda institución y progreso por eso los jóvenes aspirantes a ingresar a la Policía debían se alfabetos. La idea de uniformar a la Fuerza no sólo fue importante para lograr diferenciarla de otras existentes, sino también para crear el sentido de pertenencia", dijo Patricia Herrera.

En uno de los Copiadores de Jefatura, con fecha de febrero de 1862, consta la orden de compra de 50 capotes de policía (sobretodos), 50 quipies (gorras), monturas, armas y cuñetas de pólvora.

Antes de la conformación de este primer cuerpo policial, ya existían dos tipos de fuerzas de seguridad en San Juan. Una era el ejército bajo las órdenes de la Nación, y la otra, las milicias provinciales. A esta última pertenecía el Cuerpo de Vigilantes y Serenos de quienes surge el traje de época que actualmente usan los efectivos en los desfiles. Está compuesto por capa y chaquetilla de brin gris con atributos, pantalón gris, botas de caña alta, quipies con trencilla roja o negra, con el escudo de la Intendencia y medalla o chapa de facción. La descripción de este traje del siglo XIX se obtuvo de un acta en la que se dejaba constancia de la detención de dos desertores del Cuerpo de Vigilantes y Serenos.