El peligro que representaba para los fieles este templo habilitado en 1878 hizo que la Iglesia de San José de Jáchal cerrara sus puertas allá por 2011. Pasaron 10 años de aquella decisión, una década de esperas, de idas y vueltas, de amarguras y esperanzas. Fue un largo camino recorrido que llega a su fin con la ansiada reapertura de su puerta principal y de esta manera recuperar parte de la historia grande de Jáchal y de su feligresía.


El templo de San José tardó unos tres años en construirse y cuando cumplió un siglo, en 1978, lo declararon Monumento Histórico Nacional. El adobe, el noble material con el que fue construido en buena parte, no resistió el paso del tiempo y los factores ambientales; y las paredes comenzaron a presentar problemas. Lo apuntalaron y resistió un tiempo más, pero en 2011, por el riesgo de derrumbe, las autoridades resolvieron cerrar el lugar. Por entonces la idea era encontrar una solución definitiva, pero sin saber que eso iba a tardar una década en concretarse.

En problemas. Desde 2011, el templo fue apuntalándose en diferentes sectores por el riesgo de derrumbe. Una pared, la del fondo, ya estaba muy inclinada para 2016.


Sucede que entre idas y vueltas no exentas de polémicas, primero optaron por apuntalarlo. Luego dijeron que no encontraban una empresa que pudiera usar un sistema de andamios (Layher) para esas estructuras y para entonces ya era 2012, aún con la parroquia cerrada.


En 2014 se vio movimiento. Aparecieron máquinas y obreros para encarar trabajos de refacción, pero la Dirección de Planeamiento detuvo las obras porque no habilitó el uso de adobe con el que pretendían trabajar. Y nuevamente todo quedó envuelto en la incertidumbre.


A cuatro años del cierre del templo, el Arzobispado sacudió el tablero al anunciar que ante el peligro de derrumbe había resuelto demolerlo y construir allí mismo otro santuario, incluso con la misma estética pero que sea sismorresistente. La iniciativa provocó una fuerte polémica y desató críticas, especialmente de quienes pretendían cuidar el patrimonio histórico, a la vez que el caso llegó a la Justicia. 

Excavaciones. Durante este proceso hallaron restos humanos, de vieja data. Fue por la vieja tradición de sepultar a las personas junto a las iglesias. 


Entonces, en un replanteo de la situación, ese mismo año surgió un nuevo plan: conservar el templo con algunas mejoras y dejarlo como una especie de museo, en tanto que para recibir a los visitantes y celebrar misas la idea era construir una parroquia en otro lugar. El pueblo jachallero se opuso y la propuesta no avanzó. 


Así fue que en abril de 2016, ya a un lustro del cierre, comenzó el principio de la solución con la presentación de un plan de recuperación. El objetivo era claro: restaurar el templo manteniendo su condición de Monumento Histórico Nacional y que vuelva a ser utilizado como siempre se hizo. A San Juan llegó un integrante de la Comisión Nacional de Monumentos y, junto a especialistas locales, representantes de la Justicia y también de los vecinos, recorrieron el lugar. 


Para esa época, ya el riesgo de derrumbe era absoluto y, por ejemplo, la pared del fondo estaba inclinada y se mantenía en pie sólo por un apuntalamiento. No obstante, consideraron que pese a todo la parroquia podía rescatarse y quienes integraban aquel grupo recuerdan las palabras del represente de la Comisión Nacional de Monumentos: "El templo es un paciente enfermo que está en estado crítico y para recuperarlo habrá que salvar lo que más se pueda y lo que no, sacarlo". 


Fue una metáfora para explicar que algunos sectores del templo tendrían que derribarse porque no existía otra alternativa, ya que no podían utilizar el mismo material de adobe con que fue construido originalmente. Había daños irreparables y los adobes no sólo que perdieron las juntas, sino hasta su capacidad portante porque se desintegraban al tacto. Los arcos también estaban rotos y lo que sostenía la estructura eran los andamios.

Recuperación. En octubre de 2018 comenzaron los trabajos para salvar el templo jachallero. Fue un proceso lento y complejo, que se extendió durante tres años.


Unos meses después llegó el informe de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos con las pautas para poder realizar un proyecto de salvataje y confirmó lo que ya sabían: sólo podían salvar el frente, la torre y las columnas de ladrillos. El resto, es decir, las paredes laterales, del fondo, los arcos, el techo y el piso no podían conservarse debido a su deterioro. Es más, en los últimos días de mayo de aquel 2016 había caído parte del revoque de una pared.


El desarrollo del proyecto de recuperación fue complejo y cuando estuvo listo fue momento de asignarle fondos y llamar a licitación, un proceso que tardó casi dos años. Así, el 15 de octubre de 2018, la empresa constructora Nacusi, que ganó la licitación, empezó la obra de restauración de la iglesia con una inversión inicial de $173 millones. A tres años, el histórico templo de Jáchal vuelve a brillar.



 

  • EL PROCESO

2011
Se cerró la iglesia por peligro de derrumbe. El paso del tiempo y la humedad dañaron los muros de adobe y parte del techo de este templo que fue inaugurado en 1785.

2012
Tras un año y medio sin realizar las refacciones, las autoridades dijeron que no encontraban una empresa que pudiera usar el sistema de andamios Layher para apuntalar estructuras.

2014
Realizaron refacción de la iglesia con una obra sin precedente. Solamente se hizo un relevamiento de las condiciones edilicias de la iglesia.

2015
El Arzobispado anunció la demolición de la parroquia y la construcción de un nuevo templo. El pueblo jachallero se opuso a esta decisión y hubo marcha atrás.

2016
Con la intervención de la Comisión Nacional de Monumentos resolvieron que el templo podía recuperarse, pero que era inevitable derribar algunos sectores por el daño estructural.

2018
Llamaron a licitación para la recuperación del templo y ese mismo año la empresa que ganó la compulsa comienza con los trabajos, que tras casi 3 años permiten la reapertura.