Rabiaron con las guías escolares, se emocionaron con los logros, se preocuparon por lo que no salió y siguieron adelante. Así fue para la familia Baquedano, de Rawson y los Videla, de Rivadavia, dos familias sanjuaninas que como muchas otras tuvieron que lidiar el año pasado con el impacto de la pandemia en la educación de sus hijos y que se ilusionan con la vuelta a clases mañana. Los Baquedano tienen siete hijos que van desde los 21 años a un bebé de dos meses y entre educación estatal y privada, se puede decir que en una sola familia se concentran los diferentes niveles educativos que atraviesa una persona. Los Videla por su parte tienen tres, que entre nivel inicial y escuela primaria este año, volverán al ruedo de la vida escolar con las expectativas que de a poco todo se acomode acorde a las nuevas circunstancias.


Para ambas familias atravesar el primer año de pandemia significó organización, establecer horarios, repartir las herramientas tecnológicas entre los miembros de la familia para cumplir con las tareas y hacer del living del hogar, la improvisada aula escolar signada por clases virtuales y guías de por medio. Los detalles de una experiencia familiar que seguramente quedará en sus memorias para siempre. 

> Los Baquedano

  • "Nunca la vuelta a clases nos había ilusionado tanto"

 

Los Baquedano son nueve. Antonio y Paulina de Baquedano los papás, Pedro de 2 meses que nació en diciembre pasado, Noemí de dos y el resto de la familia integrado por un grupo de cinco hermanos: Soledad de 21 años que cursa su tercer año para maestra diferencial en la Universidad Católica, Cristofer (18) quien al cierre de esta edición rendía materias de sexto año en el Santa Teresita del Niño Jesús de Rawson, Agustín (8) que entró a tercero y Lucas (6) que inicia este año primero, ambos en la escuela Candelaria Godoy, y Anania que empieza sala de cuatro en la escuela Bienvenida Sarmiento.


Todos los niveles educativos en una sola familia y con ello la complejidad de lo que significó haber atravesado un año entre aislamiento obligatorio, distanciamiento social y escuelas cerradas. "Al principio pensábamos que era temporario, pero cuando la cosa cambió tuvimos que organizarnos en forma interna para que estar en casa y cumplir con la escuela no se convirtiera en un calvario", contó Paulina, la mamá. Es así que se establecieron horarios para que todos pudiesen cumplir con sus obligaciones de la escuela y la universidad. También tuvieron que comprar una computadora de escritorio para sumar a la notebook que ya tenían y a los teléfonos celulares. Establecieron horarios. En la mañana estaba el del secundario en su computadora, al mediodía el de primaria, a la tarde la que va a la universidad y entre los intervalos de estos horarios, los que iban a nivel inicial y sala de tres. La notebook quedó para la universitaria para concentrarse en el cursado virtual y sus exámenes, mientras que los teléfonos de los padres se dispusieron para los más chicos y sus guías. Esta situación los llevó a invertir en una antena de Internet para una mejor conexión.


A su vez y como la familia tiene un negocio dedicado a la venta de alimentos a granel, cuando los más grandes se desocupaban, ayudaban a atender el negocio y también con las guías de los más pequeños. "Mi hija mayor fue un gran sostén, al estar estudiando una carrera donde tuvo materias pedagógicas, sirvió para asistir a los más pequeños, mientras que entre mi esposo y yo volvimos a retomar los libros después de años, también hicimos de maestros", dijo Paulina.


En este proceso también resultó fundamental el contacto con los maestros, porque había cosas que como padres no podían resolver. Fue el caso de Lucas quien iba a jardín y quien había creado resistencia a aprender de otra manera porque no estaba su señorita y porque decía que no entendía a su mamá. "¡Uhhh, que difícil fue!, pero hablamos con la maestra quien luego se comenzó a comunicar por el teléfono y así se sintió mejor, fue importante porque después tuve que empezar a enseñarle las vocales y algunos números, más cuando este año empieza primero" contó esta mamá. 


La comunicación fue importante para esta familia. En la mañana la pareja de esposos destinaba un tiempo para hablar sobre cómo lo estaban pasando y qué necesitaban. El domingo en la mañana fue el día destinado para la charla con los hijos. De cara al inicio inminente de la escuela, Paulina comentó que para la familia "Nunca el inicio de clases nos había ilusionado tanto, los niños necesitan de sus compañeros y maestras, si bien nosotros como padres pusimos lo mejor, no hay como la escuela para enseñar y aprender", cerró Paulina.

>> LOS VIDELA

  • "Pudimos comprender la importancia del docente en la vida de los niños"

 

Los Videla son cinco. Leonardo Videla y Cecilia Vera los papás y María de la Paz que este año inicia tercero, Felipe que ahora inicia primer grado y Mateo, salita de cuatro. Profesionales ambos padres (Leonardo psicólogo laboral y profesor universitario y Cecilia odontóloga), tuvieron que combinar los horarios que les imponía sus propios trabajos con las tareas de los niños en casa. Al principio y hasta que los odontólogos fueron habilitados para su actividad, a principios de abril pasado, Cecilia concentraba las tareas escolares con los niños. Luego se sumó Leonardo, quien como profesor a su vez tuvo que buscar sus tiempos para las clases virtuales con sus alumnos de la Universidad Católica donde dicta clases. Al igual que los Baquedano, la organización fue crucial. Horarios de 16 a 17 horas con los más chicos y de 18 a 20 con Maripaz, como le dicen a la nena. "Nos ayudábamos con mi esposo, él se hizo cargo de Inglés con la nena porque entiende más, fue difícil y si algo nos enseñó la pandemia es que pudimos comprender la importancia del rol del docente en la vida de los niños, para los padres es difícil enseñar", dijo Cecilia. También buscaron momentos para generar esparcimiento porque resultó necesario que los niños pudieran liberar su energía al estar encerrados. Se armaron una especie de circuito saludable en su patio, algo que les permitiera saltar, correr y divertirse. "Queremos que nuestros hijos vuelvan a la escuela y contar con más información para organizarnos como familia y anticiparnos, el año que pasó fue un desafío y creo este año será lograr un cierto orden dentro de la incertidumbre inicial", culminó Leonardo Videla.