Ya pasó casi un año desde que sorprendieran a todos con su invención, pero continúan trabajando con el mismo entusiasmo en vista de hacer un aporte a la salud a la vez de tener ingresos económicos. Son los integrantes de la Cooperativa Cóndor Andino, que construyeron cabinas sanitizantes para tratar de prevenir el contagio de covid-19. Si bien la pandemia los dejó casi en bancarrota, afirman que también les despertó la creatividad.


Víctor Pérez, presidente de esta cooperativa, recordó que tuvieron que dejar de trabajar por la cuarentena que arrancó en marzo de 2020. Pero que, en lugar de lamentarse, decidieron buscar una alternativa para sobrevivir y aportar un granito de arena para mitigar la angustia que generó la pandemia. Agregó que tras googlear y analizar posibilidades optaron por construir cabinas sanitizantes para instalar en lugares con mucho tránsito de peatones. "Tuvimos la necesidad de buscar una alternativa de trabajo y de hacer algo, desde nuestro humilde lugar, para colaborar con la gente. Fabricamos una cabina sanitizante amoldándonos a los recursos que teníamos y a los materiales que podíamos conseguir en ese entonces en la provincia. De esta manera, la pandemia nos despertó la creatividad y potenció nuestra vocación de servicio', dijo el hombre.


La primera de estas cabinas, con sensor de movimiento que permite la liberación de la sustancia sanitizante, la instalaron en el municipio de Rawson a modo de prueba y para darla a conocer. A partir de entonces, la cooperativa recibió pedidos hasta de otras provincias interesadas en adquirir el producto. "Nunca buscamos lucrar con esto, las vendimos a un precio que nos permitía cubrir el costo de los materiales y obtener una mínima ganancia. Siempre queremos devolver a la comunidad parte de lo que nos da, ya que sin su demanda no tendríamos trabajo. Por eso ahora queremos construir arcos sanitizantes para instalar, por ejemplo, en el ingreso a un monoblock donde viven varias familias', sostuvo Pérez.