Él ya es un personaje urbano, de esos que si uno menciona en alguna conversación muchos pueden conocerlo. No tiene su brazo izquierdo y jamás dejó de ser un luchador. Se trata de Oscar Luis González (57), quien desde hace diez años lava autos en el centro, por Tucumán entre calles General Paz y 9 de Julio.

De lunes a viernes y de 13 a 20 horas, no importa la estación del año, Luis está en esa zona con su balde preparado para quien estacione en el lugar y solicite su servicio. Incluso ya ideó su sistema de lavado, porque en un alambre de parral adosado a la manija de su balde, allí envuelve y estruja la rejilla que usa para secar. "Yo estoy allí y si la persona quiere, me dice y cobro la lavada a voluntad de la moneda que me quiera dar. No me gusta recibir limosna, sino hacer algo para ganarla", dijo Luis, quien en promedio puede llegar a lavar cuatro autos al día.

Con las monedas de este trabajo, Luis suma al aporte que recibe por su Pensión por Discapacidad. "Son 12 mil pesos, pero en boletas de la luz he llegado a pagar ahora unos 8 mil así que imagínese, hay que rebuscárselas pero dignamente".

Luis perdió su brazo a los 15 años. En un accidente doméstico golpeó su codo izquierdo con una mesa, fue al Hospital Rawson con su papá y le dijeron que tenía una fisura; a los días en el codo se le hizo "una pelota negra" -según su propia descripción-, razón por la que los médicos sugirieron amputación para evitar gangrena. Esta limitación se convirtió en su fuerza y lo hizo un buscavidas inquebrantable.

Fue gamelero, trabajó en la cosecha de ajo y cebolla, también en una concesionaria de autos usados. Años atrás y antes de que se dispusiera el sistema de Estacionamiento Controlado (Eco) en Capital, cuidaba autos en las inmediaciones. "Éramos como 80 discapacitados que hacíamos eso, quedamos trece con la promesa de que nos iban a dar trabajo en la municipalidad pero quedó en la nada", recordó.

Actualmente su preocupación está en la salud de su mujer, quien lo acompaña desde hace 30 años y es la mamá de sus cuatro hijos, quienes a su vez lo hicieron abuelo de nueve nietos. Según su relato, su señora fue intervenida de la cadera y le colocaron una plaqueta que luego le siguió ocasionando dolor; razón por la que debe ser intervenida nuevamente pero en Buenos Aires, operación que se ha postergado a raíz de la pandemia. "Le cuesta mucho moverse, por eso a veces no vengo a la cuadra a lavar coches y ya los vecinos comienzan a preguntar por qué no estoy. También con nosotros está viviendo una nieta y una hija que se quedó sin trabajo", comentó.

Aun con los pesares, en este flamante 2021 se mantiene positivo: "Pido salud para todos porque teniendo salud las cargas se acomodan en el camino, también pido que haya trabajo porque nos hace dignos", cerró este personaje entrañable.