Asombro. En el local de Farmacia San Martín, en Rivadavia, el robot está a la vista de los clientes que hasta lo filman mientras realiza sus tareas.

Parece una escena de ciencia ficción, pero es real. De manera silenciosa avanza el brazo mecánico que tiene la misión de entregar los medicamentos que el cliente acaba de comprar. La entrega se concreta sólo 10 segundos después de que el producto fue facturado. El comprador no puede salir de su asombro, tanto por el dispositivo tecnológico que acaba de ver en plena acción como de la rapidez con que le entregaron su compra. Esto sucedió en el local de Farmacia San Martín, en Rivadavia, donde pusieron en marcha uno de los dos robots que compró la empresa para optimizar el trabajo y mejorar la atención al cliente. El otro se encuentra en el local de Avenida Libertador y calle Salta.

"Siempre tratamos de innovar pensando en mejorar nuestro servicio. Y la compra de los dos robots fue un gran acierto para lograrlo", dijo Jorge Coll, propietario de esta empresa.

Estos dispositivos no se encargan de atender al público ni tienen forma de robot humanoide. Se trata de grandes contenedores, de hasta 9 metros de largo, provistos de dos brazos mecánicos que se encargan de cargar los medicamentos en su interior y de entregarlos una vez que se concretó su venta, una operación que hacen en tiempo récord.

"Antes, el empleado que atendía al cliente era quien iba a buscar el medicamento para entregarlo y la entrega se demoraba unos dos minutos y medio. Con el uso de los robots la entrega demora 10 segundos. Esta velocidad se debe a la programación que tienen estos dispositivos. Ni bien se emite el ticket de la venta, los robots inmediatamente saben qué medicamento deben entregar, lo sacan de su interior y proceden a la entrega", explicó Cristian Yornet, jefe del área Sistemas de Farmacia San Martín.

El especialista agregó que los robots también están programados para almacenar los medicamentos en su interior de manera óptima y realizar los inventarios sin cometer errores. Dijo que almacenan los remedios teniendo en cuenta tres criterios. Los de mayor y menor venta, y las fechas de vencimiento. "De esta manera no hay problemas de stock ni se venden primero los medicamentos que tienen una fecha de vencimiento más amplia. A veces los empleados, en el apuro de atender a la gente toma el medicamento que está más a la mano y a lo mejor es uno que vence mucho tiempo después que otro. Ahora son los robots los que lo seleccionan. Además, el vendedor no tiene que perder tiempo yendo a ver si está en stock el producto solicitado por el cliente. Ahora sólo debe fijarse en el monitor, ya que los robots actualizan esa información de manera automática y permanente", dijo Yornet.

Por su parte, Coll agregó que la automatización de estas tareas no implicará la reducción de personal, sino su reubicación. Dijo que los empleados que estaban en depósito, por ejemplo, pasarán a los puestos de venta. Sostuvo que se tiene la expectativa de que cuando la gente ve que se demora menos de la mitad de tiempo en comprar su medicamento, aumentará la clientela y, por lo tanto, las ventas. "La gente siempre piensa que la tecnología viene a reemplazar la mano de obra, pero no es así. Sólo ayuda a optimizar el trabajo. Nuestro objetivo fue históricamente brindarle un mejor servicio a la gente y buscamos innovar para lograrlo", dijo Coll.

El robot en el local de Farmacia San Martín, en Rivadavia, está a la vista de la gente. Y se ha transformado en un atractivo para los clientes que hasta filman cómo trabaja.

Para observar
 

El robot que se encuentra en el local de Farmacia San Martín, en la esquina de Avenida Libertador y calle Salta, en Capital, no está a la vista de la gente, al menos por el momento. Jorge Coll, propietario de esta cadena de farmacias, dijo que dentro de poco se instalarán cámaras en el lugar donde está para que lo filmen mientras trabaja, y pantallas en el salón comercial de modo que los clientes puedan observarlo en plena acción.