"Mi abuelo fue un héroe" y "Mi orgullo es mi abuelo" son algunas de las frases que decían en la espalda las remeras que lucieron los niños que ayer participaron del acto oficial para conmemorar el 40mo aniversario de la Gesta de Malvinas. Y con ese mismo atuendo caminaron junto a sus abuelos en un desfile que duró muy poco tiempo, pero en el que se destacó el orgullo.

Desde temprano ese sentimiento se hizo presente en el Monumento a los Caídos en la Guerra de Malvinas, en la Plaza España, donde arrancó el acto. Es que la mayoría de los veteranos llegó acompañada de sus nietos y bisnietos que quisieron compartir con ellos la jornada, aportándole una dosis de emoción y sorpresa. Al quitarse los abrigos, los chicos dejaron al descubierto sus remeras, con la imagen de las Islas Malvinas en el pecho y las frases afectuosas en la espalda. Y los excombatientes no pudieron dejar de emocionarse y de sentirse orgullosos.

La primera parte del acto conmemorativo incluyó la colocación de ofrendas, el descubrimiento de placas, la invocación religiosa, la entrega de diplomas y palabras alusivas, todo en un completo silencio. Recién en el momento del desfile, los veteranos dejaron un poco de lado la formalidad para mostrarse un poco más distendidos y con el orgullo de caminar de la mano de sus nietos y bisnietos o acompañados por otros familiares.

El desfile arrancó en la intersección de calles Las Heras y San Luis y sólo incluyó una cuadra de recorrido (terminó en calle San Luis y Avenida España). Duró poco menos de 5 minutos, pero fue suficiente para que los espectadores aplaudieran el paso de los excombatientes durante todo el desfile, redoblando el entusiasmo cada vez que aparecieron los niños en escena.