"Si tuviera que definir lo que siento, diría que es miedo y preocupación", dijo Mónica Castro, una vecina de San Martín. Al igual que ella, muchas personas de este departamento, de 25 de Mayo y 9 de Julio usaron estas palabras para comentar cómo vivieron el primer día de retroceso a fase 2, luego de que en Caucete se cerrara por completo el ingreso y egreso de personas por posible circulación viral. Mientras que desde Valle Fértil, un departamento donde el intendente pidió el regreso a esa fase, los vecinos también dijeron tener miedo por estar cerca de Caucete.

Vecinos de estos departamentos, incluido Caucete, dijeron que sienten que viajaron en el tiempo, pues las postales que vieron en la calle fueron similares a las de marzo pasado, cuando comenzó el aislamiento obligatorio. La Diagonal Sarmiento, la avenida principal de Caucete, ayer no lució igual que siempre. Hubo menos tránsito vehicular y en las veredas, pocos peatones. Lo mismo sucedió en la villa cabecera de San Martín, 25 de Mayo y Valle Fértil. "A diferencia de otros departamentos nosotros tenemos más tránsito, porque desviaron a los camioneros para que no pasen por Caucete", dijo Sergio Salas, un vecino de 9 de Julio, mientras que otras personas de este departamento coincidieron que el aumento de transportistas por la avenida les causó preocupación y angustia. Sobre todo al ver la Policía, que está en los ingresos al departamento, y la gran cantidad de veces que pasó el camión regador limpiando las calles con agua y lavandina.

Camioneros. En 9 de Julio ayer se vio más tránsito de camiones por los nuevos desvíos que se implementaron.
  • "Volver a fase 2 es la decisión más acertada. Me siento tranquilo y trato de cuidarme".

DIEGO MOREIRA

Vecino de San Martín

En el Valle, el miedo viene por el lado del turismo. Los vecinos de este departamento dijeron que sienten angustia porque Caucete es una parada fija para la gente que los visita y que el fin de semana pasado recibieron muchos turistas. "Estamos con temor. Más aun sabiendo que el fin de semana tuvimos muchísimo turismo y estos -por los turistas- son los que menos respetaban las medidas sanitarias", dijo Mariana Aguilera y comentó que la gente que ella conoce pide que el departamento se cierre para evitar que haya focos de contagio y que están dispuestos a hacer el esfuerzo de quedarse en sus casas. "El fin de semana el río estuvo lleno de gente y nadie respetó la distancia, eso nos da miedo ahora. Hoy, en las calles del Valle se vio menos gente, igual a lo que pasaba al comienzo de la pandemia. Yo fui a hacer compras para varios días, para no salir tanto, y en el almacén no había casi nadie", agregó Lucrecia Chávez, otra vecina. En 25 de Mayo el movimiento de personas también fue tímido. "Se ve poca gente caminando y todos sienten miedo. El tema de conversación de la mañana fue el retroceso a fase 2, pues muchos no saben de qué se trata, qué funcionará y qué no", dijo Romina Quiroga, una vecina de este departamento y contó que la poca gente que encontró en la calle llevaba puesto el tapaboca, algo que no estaba pasando con frecuencia hasta ayer.

"Lo que estamos viviendo es por el bien de toda la comunidad, pero igual nos preocupa".

GASTÓN ESCUDERO

Vecino de Caucete

Menos gente. En los departamentos que rodean a Caucete, las calles se vieron con menos gente que hace dos días.

CAUCETE, UN BÚNKER

Los vecinos de Caucete aún no salen del asombro. No esperaban estar en el ojo de la tormenta y menos aún sentirse dentro de un búnker, que parece inviolable. Sin embargo, y a diferencia de los departamentos a su alrededor, la gente de allí parece estar más tranquila y expectante de cómo se desarrolla la situación.

El parlante que pasa avisando quiénes pueden abrir los negocios, la Policía que circula por todos los rincones y en algunos lados valló el ingreso a los barrios y el personal sanitario que hace controles son las postales que más impactaron a los vecinos. "A mi mamá le dijeron que la vendrán a testear a la casa, porque ella no puede caminar", dijo Gabriel, que no quiso dar su apellido y que comentó que vive en el barrio Justo P. Castro I, mientras que Alicia Ibáñez, del Justo P. Castro III, otro de los vecindarios emblemáticos, comentó que ella está analizando cómo hacer para abastecerse pues sus hermanos viven en ese barrio y en el I, es decir ninguno puede salir. "El resto de mi familia vive en la Ciudad y tampoco puede entrar hasta mi casa", dijo la mujer que vive con su mamá que tiene 81 años. "Yo trabajo en la Capital y viajo en colectivo. Ahora se me hace imposible porque no hay. Acá hay muchos comercios cerrados y estamos preocupados por el tema de los trabajos. Mi hermano, por ejemplo, trabaja en la construcción y también le dijeron que no puede ir hasta nuevo aviso", dijo María Mallea, otra vecina, mientras que desde algunas farmacias dijeron que ayer comenzó a aumentar la venta de alcohol.