Para Silvia Aliaga la palabra policía es sinónimo de hermandad, aunque no siempre fue así. Hace 25 años ingresó a la Policía de San Juan y tuvo que aprender a adaptarse a trabajar entre hombres. Es que arrancó en la División Tránsito donde, al comienzo, la convivencia con sus compañeros fue un tanto difícil. Ahora, a punto de retirarse de la Fuerza, sostuvo que el trabajo de la mujer en el ámbito policial evolucionó positivamente, por el trato igualitario que alcanzó y por la posibilidad de ocupar altos cargos.


'El primer destino que tuve fue Tránsito y fue una prueba de fuego para mí porque era trabajar en una división casi exclusiva para hombres. En ese entonces éramos muy pocas las mujeres en esta dependencia. Y al principio fue difícil adaptarse, pero no por la hostilidad de los varones. Tanto para ellos como para nosotras era incómodo trabajar juntos, pero logramos superarlo', dijo la suboficial.

"La lucha contra la discriminación laboral de la mujer debe comenzar en la casa y con la familia'.


Aliaga también agregó que el trato igualitario y el respeto hacia las mujeres policías se debió al buen accionar de las autoridades. Contó que el jefe de la división organizaba reuniones con el personal para limar asperezas. 'En esas reuniones hablábamos con total libertad de los problemas que existían entre los compañeros y nos decíamos cara a cara lo que nos desagradaba. Después de cada reunión, arrancábamos de cero. Esa táctica fue fundamental para lograr una convivencia en paz y el compañerismo', dijo Aliaga.


La suboficial dijo que lo que más le costó, en realidad, fue complementar la vida laboral con la personal. Aseguró que, gracias al apoyo familiar logró hacerlo con éxito. "No es fácil llegar a la casa, sacarse el uniforme de policía y ponerse el de ama de casa y madre. Si no fuera por el apoyo de mi marido no hubiera podido cumplir con todo. Si en el trabajo estás bien pero no contás con la aprobación familiar para trabajar fuera de casa, eso también es discriminación', sostuvo.