Buscando la salida. Jorge y su hijo Brandon, quien estuvo internado la semana pasada por problemas de alergia. El padre busca trabajo para no ser desalojados del salón devenido en improvisado hábitat para toda la familia, compuesta por Mariela, su pareja, y otros 4 hijos.

 

Jorge Oropel aseguró que se esfuerza para que le llegue alguna situación favorable luego de una sucesión de varias indeseables. Ayer, en un salón que alquila en el Barrio Dorrego para habitarlo con su pareja y cinco hijos tenía una cuota extra de ansiedad. “Estoy en casa cuidando a los chicos porque mi pareja está en el sanatorio con una de las más grandes, tuvo un hijo por cesárea. Por suerte salió todo bien, pero ahora lo que pienso es cómo conseguir el dinero para el alquiler, que nos advirtieron que si no pagábamos hasta hoy, nos desalojaban”, resumió sobre su día el hombre de 35 años, que hace el pedido directo.

“Necesito trabajo, es la mejor ayuda que podemos recibir ahora para salir de esta situación que fue de mal en peor en este último tiempo”, sintetizó Oropel.

Señaló que el primer gran inconveniente fue cuando fueron desalojados de una vivienda en La Bebida: “Acordamos con un señor que nosotros nos íbamos a vivir y la pondríamos al día con los impuestos, hasta que tuviéramos una del IPV. Mariela, mi pareja, sacó un préstamo para arreglar la casa. Y un día vino la señora con un abogado diciendo que nosotros habíamos usurpado la casa, que la teníamos que dejar o que nos iba a meter presos y a los chicos se los iban a llevar del 102”.

Encontraron una solución provisoria yendo al salón con un baño en precarias condiciones, al que le dieron “forma” a dos dormitorios con telas colgadas. Ahí viven Jorge y Mariela, quienes formaron pareja hace 4 años, junto a Brandon, de 2 años, y otros 4 hijos de Mariela, de 8, 13, 15 y 23 años. En total son 10 hermanos. Algunos ya viven solos y otros, con la abuela materna.

Oropel agregó que, aún lamentando haber tenido que irse de la vivienda de La Bebida, se quedó sin trabajo como perforista y armador de explosivos.

Y a esa preocupación llegó otra peor. “Brandon es alérgico a la tierra. La semana pasado estuvo internado porque casi no podía respirar, además que tenía ronchas por todo el cuerpo. Ahora ya está mejor, pero tendría que vivir en mejores condiciones para evitar que pase por lo mismo”.

Oropel volvió al tema que cuando consiga trabajo, todo se irá solucionando. “A lo único que no me animo ahora es a trabajos muy forzosos. El otro día cargué un camión con ripio y me salió una hernia. Es que en La Bebida teníamos una verdulería y un día nos asaltaron. A mí me dieron dos puntadas en la cintura y otra en la espalda y ahí quedé con problemas en la cintura”.

Empezó a enumerar los oficios que puede afrontar: “Tengo herramientas y puedo hacer trabajos de soldadura. También en plomería o colocación de membranas. En realidad, trabajo en lo que me pongan”, concluyó.

 

Me levanto todos los días a las 5 y no vuelvo hasta la noche a casa, buscando una solución.
JORGE OROPEL – Desempleado

 

Contacto
 

Jorge Oropel afirmó que también se acercó al Ministerio de Desarrollo Humano para pedir que lo asistan con un horno, con el que harían pan, semitas y empanadas.

Y por último solicitó que se publiquen dos vías de comunicación para contactarlo si surge una posibilidad de trabajo: 2645158414 y el 2644422348 (habilitados con Whatsapp).