Vulnerabilidad extrema. De las casi 200 familias que viven en pésimas condiciones en esa zona de Rivadavia, a 30 directamente se les vino abajo la casa, según cifras oficiales.

"No los vamos a abandonar", graficó ayer el ministro de Desarrollo Humano de la provincia, Armando Sánchez, al informarle a este diario los planes de acción para ayudarles a los vecinos que sufrieron las peores consecuencias de la tormenta del domingo pasado en la zona de La Bebida, en Rivadavia.

Entre los asentamientos Pellegrini y La Paz, en las inmediaciones de calles Pellegrini y 5, a 30 familias se les vino abajo la casa y otras 70 quedaron a un paso de que les suceda lo mismo. En todos los casos, son viviendas sumamente precarias, de adobe, palos y nailon.

El Gobierno comenzó a asistir a los damnificados el mismo domingo con alimentos y agua potable. Pero el mayor problema es habitacional. Por eso el ministro Sánchez dijo ayer que, mientras siguieran asistiéndolos en la emergencia, terminarían de trazar un plan hoy mismo junto al gobernador Sergio Uñac para ver soluciones de más largo plazo.

"Estamos preparados para evacuarlos en caso de ser necesario -dijo el funcionario-. Si hay que hacerlo, los llevaremos a lugares donde tengan todos los servicios y suficiente espacio para instalar cuchetas. Los lugares indicados serían las escuelas cercanas".

Por otro lado, desde el municipio de Rivadavia también empezaron a brindar asistencia. Ayer instalaron baños químicos en el lugar y llevaron ayuda a la gente con comida, remedios, colchones, frazadas y elementos como palos y nailon para apuntalar los ranchos.