Mariano Carrizo Páez

Ayer se realizó la 1ra Jornada Provincial Iniciación Deportiva y Atención a la Diversidad y uno de los temas que se trató fue el papel que cumplen los padres en la práctica deportiva de sus hijos. Esta charla estuvo a cargo de Mariano Carrizo Páez, especialista en Psicología del Deporte, quien sostuvo que la presión de los padres es la principal causa de que los chicos abandonen un deporte. 



-¿Cuál es la problemática más común en el ámbito deportivo infantil?


-La principal problemática es que muchas veces no están bien definidos los roles de cada uno. Para que el deporte infantil funcione y se sostenga hay que conformar un triángulo entre chicos, padres y entrenador, dejando en claro qué función debe cumplir cada uno y qué puede hacer o no cada uno.

-¿Cuál es el rol fundamental de los padres en este ámbito?


-Apoyar a sus hijos. Por un lado deben darles el apoyo para que puedan practicar un deporte, es decir pagar la cuota, comprarle el equipo, llevarlo al club, participar de las reuniones. El otro tipo de apoyo, que es el fundamental, es el emocional. Esto significa que el papá esté presente, que le haga sentir a su hijo una presencia afectuosa y cariñosa y no una presencia evaluativa y de presión. El papá no debe convertirse en una fuente de presión.

-¿Cuál es el riesgo de que esto suceda?


-Esto provoca que el chico no disfrute la actividad o no la practique sanamente. Un niño puede estar presionado, puede ajustarse a la situación durante muchos años, pero va a ser un chico que va a explotar por algún otro lado y termine por abandonar el deporte que practica.



-¿La presión de los padres incide en la deserción de los chicos?


-Sí. Por la presión de sus padres, los chicos abandonan un deporte. Lo importante es que los papás incorporen como regla que no tienen que hablar de táctica y técnica deportiva con su hijo, eso lo tiene que hacer el entrenador. De lo contrario, el niño se siente constantemente evaluado. 



-Además de ejercer presión, hay algunos padres que asumen el rol de técnicos.


-Hay varios padres que asumen este rol sin medir las consecuencias. Los chicos buscan y necesitan la aprobación de los papás que deben, primordialmente, dejarles en claro que los quieren sólo por ser sus hijos. Que si juegan bien o mal es algo secundario. No es saludable que los papás se conviertan en ayudantes de campo.


El niño, por su inmadurez, no diferencia lo que es él como deportista y como persona entonces. Entonces si no jugó bien siente que no es buen hijo. Su padre es quien debe demostrarle lo contrario. Es fundamental que antes de cada entrenamiento o partido le diga que lo quiere y que disfrute de la jornada. 



-¿Qué se debe hacer para controlar a los padres que asumen una actitud violenta durante un partido?


-Estos casos son tan habituales que hoy se ha naturalizado que un padre grite e insulte durante un partido, pero esto no tiene nada de positivo. La única forma de controlar y evitar estos episodios es dejar las reglas claras desde un principio. Los padres deben firmar un contrato de convivencia donde se establezcan las normas a respetar y las sanciones a implementar en caso de no hacerlo. Para que esto funcione debe haber un compromiso real entre todos quienes integran la comunidad deportiva. 

-¿Es efectivo sancionar a los padres que no respetan estas normas?


-Lo efectivo es no dejar que las cosas avancen hasta tener que imponer una sanción, ya que puede generar el efecto contrario, es decir que el padre sancionado, por vergüenza o malestar, saque a su hijo del club. Lo importante es organizar charlas entre los dirigentes y los padres desde el inicio de la actividad hasta en ciertos momentos claves como puede en la previa de un torneo. Si aún así hay padres que por problemas psicológicos no pueden controlar su impulsividad violenta, es preferible que no vaya a la cancha para el bien de su hijo y del resto del equipo.