Todos juntos. El proyecto fue creado por los alumnos de dos divisiones. Ahora buscan ayuda para fabricar un panel y calefón para cada alumno.

La mayoría de los alumnos no tiene gas natural en su casa. Sus papás hacen changas o viven de los planes sociales. Asisten a una de las escuelas más carenciadas de la provincia y muchos, gracias a la comida que les sirven ahí, no pasan hambre. A pesar de todas estas dificultades y superando varios obstáculos sociales los chicos se volvieron inventores y ahora sueñan con ayudar a sus familias. Los alumnos de 6to grado de la escuela Nuevo Cuyo, de La Bebida, fabricaron paneles y calefones solares con botellas plásticas y otros elementos reciclados. Ganaron la Feria de Ciencia Zonal y ahora competirán en la Provincial. "Un día llegaron muy preocupados por la crisis económica y por las facturas de la luz. De hecho muchos contaron que les habían cortado ese servicio y ya no tenían de dónde sacar agua caliente para bañarse", dijo Rita Ascuy, una de las docentes que comentó cómo surgió este proyecto.

La escuela está ubicada en calle Comercio, en una de las zonas más humildes de Rivadavia.

Los chicos no sabían que el sol podía ser usado como generador de energía. Cuando sus docentes les comentaron, pensaron que eso era imposible. "Pero comprar un panel solar es inaccesible para ellos. Entonces empezamos a buscar cómo hacerlo", agregó otra de las docentes que ayudó en este proyecto. Así fue que descubrieron que podían hacerlo con botellas. "Entre todos juntamos las botellas, las cajas y los demás elementos", dijo Mauro Castañón, uno de los alumnos que comentó como hicieron para fabricar ese panel solar.

Este proyecto no sólo los entusiasmó a la hora de investigar y de armarlos. Sino que los chicos vivieron uno de los momentos más alegres cuando descubrieron que su invento funcionaba. "Le pusimos agua a 19 grados y lo sacamos al Sol durante 3 horas. Posteriormente el agua estaba a 40 grados", agregó Milton Riveros, otro de los alumnos, mientras que las maestras contaron que fue un momento muy emocionante porque los chicos se sintieron realizados. "Ahora nos queda el trabajo de hacer uno para cada uno. Queremos que todos se lo puedan llevar para su casas, para que puedan ahorrar energía y dinero, y para que nunca más sufran a la hora de bañarse", agregó Ascuy, quien no pudo disimular el orgullo que siente por sus alumnos.

El calefón. Luego de fabricar el panel, los chicos le añadieron un calefón plástico.
El proceso. Todos los estudiantes colaboraron en la fabricación.