Reclamo. Los vecinos del Barrio Hualilán II se quejan del basural que se formó en el barrio y que genera mal olor e inseguridad. 

En el lugar podría existir una plaza y hasta un polideportivo para los chicos de la zona. Pero en su reemplazo hay un posible foco de infección debido a la presencia de roedores. Se trata de un basural que está en medio del Barrio Hualilán II, en Rawson, y que se convirtió en un lugar frecuentado por cirujas. Los vecinos de la zona dijeron que hicieron varios reclamos al municipio por este tema, pero que no recibieron una respuesta favorable hasta el momento.

El sol potencia el mal olor de los restos de comida podrida mientras que la brisa hace que invada las viviendas que hay alrededor. Este es el panorama que viven a diario los vecinos del Barrio Hualilán II, que limitan con el descampado que se transformó en un basurero donde se tiran hasta animales muertos. "El olor que sale de acá te da ganas de vomitar. Es que a veces al aroma de los alimentos podridos se suma el de los perros muertos que vienen a tirar a acá. Esto es un peligro para la salud de los niños principalmente", dijo Michelle Cozza que todos los días debe pasar obligadamente por donde está este descampado para llevar a sus chicos a la escuela.

La mujer agregó que desde que comenzó a hacer calor, los inconvenientes se potenciaron. Además del mal olor mencionó la presencia de ratas y de insectos que llegan atraídos por los restos de comida.

Sin consciencia. A pesar que en el descampado del barrio Hualilán II, en Rawson, hay contenedores, la gente no los usa.

Por su parte, Marta Elizondo, otra de las vecinas de la zona, dijo que todas las noches llega gente desconocida a tirar "de todo" en este terreno baldío. "Vienen en todo tipo de vehículos a tirar basura. Hemos llamado varias veces a la Policía cuando sorprendimos a estas personas sin escrúpulos, pero nunca llegaron los uniformados. Y a nosotros nos da miedo decirles que no tiren mugre porque no sabemos qué tipo de gente es", dijo la mujer.

Otra de las situaciones que atemoriza a los vecinos del Barrio Hualilán II es la presencia permanente de cirujas que acuden al descampado a revolver la basura. La vecina dijo que todas son personas desconocidas y que no saben qué "intenciones tienen". "Es un verdadero peligro. Salgo a hacer las compras sólo de día. Uno no sabe si estas personas se pueden esconder detrás la basura para asaltarte", dijo.

En menos de 20 minutos pasaron 5 cirujas por el basural, dos mujeres y tres hombre, a revolver la basura.