‘Algún voluntario para probar este dispositivo‘, dijo uno de los guías del museo y los alumnos hasta gritaron para ser elegidos. Es que todos querían experimentar a través de juegos cómo funciona la ciencia. Así, entre risas, rostros de admiración y sorpresa, se realizó ayer la apertura del Museo Participativo de Ciencias, Prohibido No Tocar, que está en el CUIM de la UNSJ, ubicado en Meglioli e Ignacio de la Roza. La muestra itinerante cuenta con aparatos que reproducen fenómenos científicos y facilitan la comprensión de cómo ocurren. Tiene el objetivo de divulgar la ciencia en forma lúdica y participativa.
Saber cómo funciona la fuerza centrífuga, cómo se genera energía a través de un pedal o cómo funciona un espejo cóncavo son algunos de los fenómenos científicos que ayer más sorprendieron a los chicos. Los primeros en llegar fueron los estudiantes del Colegio Integral, quienes en un abrir y cerrar de ojos se adueñaron de la muestra y disfrutaron más de una hora, sin parar.
La muestra, que estará abierta hasta el 21 de junio (de 9 a 13 y de 15 a 19), funcionará de lunes a viernes para las escuelas de los distintos puntos de la provincia y la entrada será gratuita. Mientras que durante los fines de semana estará abierto al público en general y para ellos la entrada costará $50.
Los más llamativos

Este aparato mecánico sirve para medir, mantener o cambiar la orientación en el espacio de algún aparato o vehículo. Los chicos se sientan en una butaca y al girar, abren sus extremidades haciendo que la velocidad varíe según las acciones que realizan

Al encender la luz se puede ver perfectamente lo que está del otro lado del espejo, pero no se refleja a la persona que está en el frente. ‘Este sistema usa la Policía para interrogar a los delincuentes, cuando no quieren que los vean‘, explicó uno de los guías.

El equilibrio y la velocidad son explicados por medio de este aparato. Los chicos deben pararse sobre el centro del dispositivo mientras éste va girando. Luego se agachan o levantan un pie para modificar el eje y hacer que el aparato varíe su velocidad.

A través de dos espejos se muestra cómo funcionan los cóncavos y los convexos. Los chicos deben acercar o alejar una mano para ver invertida o aumentada la imagen. También hay un espejo cóncavo que permite ver el cuerpo completo, invertido.

Al pararse a un costado del espejo y hacer coincidir la mitad del cuerpo con el borde del mismo, las personas parecen estar flotando por el aire. Esto es porque se refleja simétricamente la mitad del cuerpo y las imágenes unidas producen esta simulación.

‘Sentante y pedaleá. Aumentá la velocidad y fijate qué pasa con las luces del tablero‘, dice el cartel de uno de los juegos que entretuvo hasta a los profesores. Este aparato permite transformar la energía mecánica del pedaleo en energía eléctrica.