Casa rodante. Ellos viajan con una casa rodante y un carro para movilizar los caballos. 

"Esta es la vida", con esa frase Angie Milli resumió las motivaciones que los llevan a hacerle frente al proyecto con el que pretenden unir Argentina y México a caballo. Ella es de Polonia y encaró esta expedición junto a su esposo Mo Abdoulvahab, que es de Francia, y a sus hijos Iyan de 3 años e Ingis de 2 años. Esta familia se encuentra en San Juan desde hace más de 4 meses a la espera de que se abran las fronteras para poder seguir con esta aventura que, según ellos mismos calculan, durará 10 años.

A pocos metros de Niquivil, donde una rotonda divide la Ruta 40 y la 150, los europeos disfrutan. Tranquilos y hablando muy poco español, dijeron que están hospedados ahí desde hace poco, pues estuvieron durante casi 4 meses en Barreal, que fue donde los encontró el inicio de la cuarentena. Sin embargo, llegaron a la provincia a principios de marzo pasado.

Según lo que la pareja comentó, iniciaron su expedición llamada "Argentina-México a caballo" hace 2 años, en el Sur de este país. Llegaron en avión desde el Reino Unido y en Bariloche compraron los caballos con los que iniciaron este viaje. "Nuestro proyecto es para realizarlo en 10 años o más. Lo hacemos en partes, porque es una experiencia muy cara. Empezamos en julio de 2018 y el año pasado en el invierno de aquí volvimos a Europa a trabajar durante 6 meses para ahorrar dinero. Regresamos en octubre para seguir. Ahora queremos terminar Argentina y después volver a Europa a trabajar", dijo Angie y comentó que tienen empleos temporarios en campings y hospitales haciendo trabajos de microbiología y cría de caballos ya que son sus especialidades. Ella destacó que estos trabajos les permiten ahorrar y poder viajar durante mucho tiempo. Angie contó que tienen dos caballos, una casa rodante y un camión para que los animales descansen. "Mo cabalga de mañana y yo conduzco la camioneta y después cambiamos", dijo y explicó que al principio hicieron el viaje sólo a caballo, que luego se compraron una moto para llevar a los chicos y que finalmente pudieron traer desde Europa la casa rodante en la que descansan.

En Jáchal. La familia y sus caballos descansan en un parador que está en una de las orillas de la Ruta 150, en Jáchal. Ahí disfrutan de la tranquilidad que los rodea.

A lo largo del camino, el que tienen reflejado en su página de Facebook "Toursinexpeditions", los europeos pasaron muchas adversidades en Argentina. Conocieron detalles de la vida de los latinoamericanos, algunos no les gustaron mucho como la impuntualidad para las citas, y descubrieron paisajes hermosos. Sobre esto, la pareja comentó que una de las cosas que más les cuesta es el tema del idioma, pues encontraron poca gente en el camino que hable inglés y a la vez dijeron que uno de los lugares más bellos que descubrieron y el que no olvidarán nunca es Barreal. Ahí estuvieron la mayor parte de su viaje, pues por la pandemia de coronavirus no pudieron seguir con la expedición.

Sobre su cuarentena en San Juan dijeron que empezó a los pocos días que pisaran el suelo calingastino. En medio de la incertidumbre que vivía el mundo, en ese momento, hicieron por internet los trámites para volver a Europa. La embajada de Polonia los autorizó a viajar, pero tuvieron contratiempos para conseguir certificados médicos sanjuaninos y a la vez tuvieron un poco de temor por el caos que se generaba en los aeropuertos internacionales.

A eso se sumó que la provincia de San Juan vive hasta el momento con tranquilidad en relación a la enfermedad y entonces decidieron quedarse a esperar para poder seguir con su sueño. El próximo destino es La Rioja y desde ahí empezarán a subir al Norte argentino. "Cuando se habilitó el turismo interno en San Juan decidimos venir a Jáchal. Primero fuimos a la ciudad a comprar comida y otras cosas y acá esperaremos a que se abran las fronteras", dijo Angie y comentó que sus hijos son felices en esta gran aventura.