Es coqueta, aunque le cuesta sonreír delante de gente que no conoce. Le encanta estar bien peinada y pitarse las uñas. Como muchas chicas de su edad, tiene 16 años, uno de sus sueños era convertirse en reina y llevar una corona.

Es Jennifer Melián, una joven con síndrome de Down que cumplió uno de sus anhelos, cuando fue elegida como la nueva soberana del carnaval de Angaco. Jenni, como le dicen sus familiares y amigos, se presentó al concurso después de recibir el apoyo de sus vecinos que forman parte de una de las comparsas del departamento San Martín. 

Jennifer es la menor de 12 hermanos y es la mimada de la familia. Es alumna de la escuela Belén de la Frontera, le gusta el folclore, pero admitió que todo el día escucha y baila el Shaki Shaki, de Daddy Yankee.

La corona de reina del carnaval se convirtió en otro de los logros de la joven que es muy buena alumna y que todos los días hasta ayuda en las tareas de la casa. Le brillan los ojos cuando los demás recuerdan la noche de la elección. Habla poco y es muy tímida.

Sin embargo, a esa vergüenza la dejó de lado el día de la elección. Su familia contó que la noche del corso entró al escenario como si fuera cualquier otra candidata, saludó a todos con la mano en alto y para sorpresa de muchos se quedó con la corona más grande. 

Además de ser la mimada de su familia, es muy querida en el barrio Dos Acequias, de San Martín, donde vive con sus papás y algunos de sus hermanos. De hecho, su mamá, Rosa de Melián, contó que Jennifer se presentó al concurso por pedido de sus vecinos.

Ellos tienen una comparsa y en un primer momento la invitaron a bailar, pero después le ofrecieron ser la candidata a Reina, y ella aceptó. ‘Al principio estábamos nerviosos, porque no sabíamos cómo se iba a sentir.

Pero, a la vez estábamos felices porque a nosotros nos encanta que participe de todo. Es lindo que la hayan invitado a ocupar ese lugar para que no se sienta diferente‘, dijo Rosa, y contó que ellos se llevaron una gran sorpresa cuando fue elegida.

De hecho dijo que ni siquiera habían llevado carteles para alentarla. ‘Las otras mamás estaban bien preparadas. Es que nosotros íbamos sólo a verla, porque pensábamos que con participar ya era suficiente. Ella ya estaba feliz. Nunca nos imaginamos que podía ser la ganadora‘, dijo la mujer que fue una de las que ayudó para que Jennifer se maquillara y se peinara para parecer una verdadera reina. 

La noche de la elección la joven se presentó con un hermoso vestido celeste, que fue el que lució cuando le festejaron los 15 años. Su mamá contó que la joven era la candidata 8 y que las otras aspirantes a la corona sabían que debían indicarle, con un toque en el hombro, que cuando dijeran su número ella debía saludar. ‘Es que no sabe contar‘, dijo su papá Marcelo.