El potrero que está al pie del cerro Mogotes de Paulino es un cable a tierra y la razón por la que buscan mejorar. Allí despuntan el gusto por el fútbol. Es por eso que el pueblo vive por y para el club que nació en 1935. En la misma sede humilde del Club Central Norte, funciona la Unión Vecinal que lucha para que la gente deje de quedarse aislada cada vez que crecen los ríos. Así, Entre Ríos, la localidad jachallera ubicada a unos 20 kilómetros de la villa cabecera del departamento, se resiste a desaparecer. Esto, a pesar de que hay cada vez menos pobladores.

La vida no es fácil allí, pero la tranquilidad da envidia. El viento Zonda se siente más que en otras regiones y el tiempo parece avanzar en cámara lenta. El pueblo se extiende a lo largo de un kilómetro y medio ni bien se pasa Villa Mercedes, casi en el límite con La Rioja. Todas las casas son de adobe y sólo una mínima porción del pueblo tiene asfalto. Un logro del que se enorgullecen los integrantes de la Vecinal.