Estela Rojo se olvidó de los dolores y de la dificultad para caminar que le dejó como secuela la poliomielitis y decidió asistir al evento con un firme propósito: pedirle a María que haya más tolerancia y salud. Fue anoche, durante las Fiestas Patronales en honor a la Virgen de Andacollo, en Villa Krause, que contaron con la participación de unos 4.000 fieles que asistieron tanto a la misa como a la procesión que se realizó por las inmediaciones de la parroquia. La mayoría lo hizo para pedir que la gente se tolere más y que se termine la pandemia de covid-19. Otros también aprovecharon para pedir que en el 2022 haya más unión entre los argentinos para que el país salga adelante y haya paz social de una vez por todas.

Feliz Rodríguez también participó de esta fiesta religiosa a pesar de sus 80 años y de estar en silla de ruedas. Dijo que hizo el sacrificio para pedirle a María que proteja la salud de su familia y la de todos los sanjuaninos. Y también la paz. Sostuvo que está cansado de ver la intolerancia en la calle y entre las propias familias, como también que hay gente que no le importa cuidarse del covid-19, poniendo en riesgo la salud de los demás.

Celebración. La misa previa a la procesión estuvo presidida por monseñor Jorge Lozano que también hizo hincapié en la salud y la tolerancia entre hermanos.


Lo mismo dijo María Manrique, de 76 años, que participó de la misa y procesión para pedir salud para todos. "Por la pandemia ya nadie vive en paz y eso es otro riesgo. Ojalá que María nos proteja", sostuvo la mujer.

A las 22 en punto arrancó la procesión que se vio desbordada por la cantidad de participantes. Fue encabezada por los danzantes que coparon dos cuadras completas. Tras ellos se ubicaron algunos fieles, especialmente los que fueron con niños y bebés en changuitos, para poder caminar con mayor comodidad.

En familia. Muchos fieles participaron con toda su familia en las Fiestas Patronales
de la Virgen de Andacollo.

Detrás de este primer contingente peregrinó la imagen de la Virgen de Andacollo y detrás suyo los miles de peregrinos restantes.

La caminata fue lenta debido a la cantidad de participantes y del calor agobiante. Pero esto no le quitó entusiasmo a los participantes que rezaron, cantaron alabanzas y agitaron sus pañuelos durante todo el recorrido que duró más de media hora y terminó en las puertas del templo.

Devoción. La fe y devoción de los danzantes de la Virgen se hizo sentir en todo
el recorrido. No pararon de danzar ni siquiera para tomar agua y refrescarse.