De analizar muestras de alcoholemia y realizar un trabajo pericial investigativo, pasó a estar en la mismísima trinchera. De trabajar en guardias pasivas en la Central de Policía a cumplir casi 12 horas en el Laboratorio Covid del Hospital Guillermo Rawson. Así de brusco fue el cambio de rutina de Daniel Puigdomenech, un joven bioquímico que pasó a ser una de las piezas fundamentales encargadas de analizar las PCR que llegan a diario al Hospital Rawson para determinar si se trata de coronavirus o no.

Si bien son miles de profesionales de la salud quienes se encargan de dar batalla todos los días ante el Covid-19, la cantidad se reduce notablemente a un grupo de 30 profesionales afectados al área clave: el Laboratorio, donde a diario llegan cientos de muestras y son ellos quienes deben prácticamente manipular el virus.

A comienzos del año reinaba la preocupación en las autoridades de Salud, pues escaseaba el personal capacitado en virus respiratorios y era muy corto el plazo para capacitar a personal de otras áreas. Fue ahí que los doctores Raúl Vallejos, de la división Bioquímica, y Leopoldo Fierro, de la sección Virología Molecular del Laboratorio del Hospital Rawson, acudieron a la Policía de San Juan. Es que allí, en el Laboratorio químico-toxicológico, se desempeñaba Puigdomenech, el bioquímico de 32 años que supo desempeñarse en el Laboratorio del Rawson en la época de la Gripe A. El joven profesional, sin reparos, no dudó en dejar su laboratorio en la Policía para meterse en la línea de fuego.

"Era conciente de que iba a pasar a formar parte de un equipo a jugar quizás un partido duro y complicado. A pesar de pertenecer a la Policía soy personal de salud y estamos al servicio, mucho más en tiempos de pandemia", comentó Puigdomenech quien dijo que mientras se concretaban los trámites para su traspaso, rápidamente se puso a investigar sobre el tema, sobre todo cómo actuaban otros países: "Tuvimos una gran ventaja en San Juan y es que tuvimos tiempo para capacitarnos y equiparnos. Pedí que me pasaran la metodología que estaban utilizando para retomar la parte molecular que yo había dejado de ver durante 6 años. Si bien son conocimientos que uno adquiere y conserva, nunca está de más volver a leer para poder entrar a una máquina que ya está funcionando", expresó Puigdomenech.

En la Policía dice que trabaja en guardias pasivas, con un trabajo investigativo y pericial que se fragmentaba en dos partes. Cuenta que la labor fundamental era analizar las pruebas de alcoholemia y la realización de distintas pericias como prendas de ropa o elementos que estén ubicados en el lugar del hecho, todos abocados desde el punto de vista bioquímico: búsqueda de manchas de sangre, de semen, de fluidos, saliva, etc. "Era un trabajo muy diferente al que ahora realizo en el área Covid. Es un mundo distinto pero no me arrepiento de haber hecho el traspaso porque siempre me apasionó la parte de virología molecular y microbiología molecular", sostiene el profesional.

El bioquímico recalca una y otra vez la enorme vocación que tiene el grupo de trabajo de los especialistas que se desempeñan en el Laboratorio. Dice que si bien los turnos son de 8 horas, muchas veces esos turnos se extienden a 10 o 12 horas. Eso pasó con el brote en Caucete donde pasaron de realizar un centenar de muestras a recibir hasta 1.200 hisopados por día. "En mi caso entro a las 16 horas y por ahí son las 3 o 3 y media de la mañana y recién nos estamos yendo pero conformes por haber cumplido la tarea", comentó y agregó: "El equipo formado es excelente. Gente muy capacitada, a muchos ya los conocía de mi etapa anterior en el hospital. Es muy cómodo trabajar con ellos porque hay mucha vocación, todos estamos realmente comprometidos con esta situación", expresó el joven profesional que podría haber elegido continuar con su comodidad en la Policía pero decidió pasar a la trinchera y hoy no se arrepiente.

  • Un antecedente

Fierro y Vallejos lo convocaron al bioquímico porque ya conocían de su capacidad. En el año 2009, Puigdomenech todavía cursando Bioquímica acudió como estudiante avanzado a formar parte del Laboratorio del Rawson en la pandemia por la Gripe A. En el 2011 se recibió y pasó a trabajar en una fábrica de medicamentos hasta que en el 2016 se incorporó al Laboratorio de Toxicología de la Policía, desarrollando técnicas relacionadas a la Criminología.