Sorprendida. Para Josefina, la de ayer era una fiesta más de las que se hacen en la residencia. No imaginó que iban a agasajarla.

Temprano comenzó a pintarse las uñas. El rojo del esmalte no fue casual. Tampoco su impecable pelo blanco cepillado y bien lacio. El saco negro, el pañuelo en el cuello, los zapatos nuevos y un poco de rubor en las mejillas fueron el toque que hizo que Josefina fuese la más coqueta de la jornada. Esto sucedió ayer, cuando la mujer, que vive en la Residencia Eva Duarte, celebró su cumpleaños número 100. Es la residente de más edad y pudo festejar a lo grande.

Para ella, el homenaje fue una sorpresa. Es por eso que cuando le tocó el turno de subir al escenario, la emoción se apoderó de toda la sala del teatro que hay en el lugar. El festejo de ayer también tuvo otro objetivo. Es que se conmemoró el "Día mundial de la toma de conciencia del abuso y maltrato en la vejez" (ver aparte).

Se llama Josefa Correa, pero le gusta que le digan Josefina. Nació en La Puntilla, Caucete, y hace seis años que vive en la residencia. Lúcida, aunque con algunos recuerdos mezclados, la mujer contó que el secreto de llegar bien a los 100 años es disfrutar de la vida, de la música y bailar. "Ahora estoy en esta silla, pero no siempre fue así. Llegué a usar tacos de 9 centímetros y bailaba sin problemas", contó Josefina mientras mostró sus zapatos nuevos con un taco un poco más bajo. Dijo que el tango le apasiona y que siempre le hizo bien bailar. Nunca se casó ni tuvo hijos, pero aseguró que eso no la entristeció. "Fue la vida que viví", dijo Josefina mientras esperaba recibir su reconocimiento por el cumpleaños, de la mano del ministro de Desarrollo Humano, Armando Sánchez.

Josefina es conversadora, aunque desde hace un tiempo no escucha bien con el oído izquierdo. Sin embargo, se las ingenia para seguir la charla. Algo que no paró de hacer ayer durante el acto. Disfrutó de las canciones del coro y compartió algunas anécdotas con sus compañeras de residencia. Pero la invadió la sorpresa cuando gente que nunca antes había visto, se le arrimó para sacarse una foto con ella.

"Ya tengo las manos un poco arrugadas", dijo la mujer con un dejo de coquetería. Josefina confesó ser amante del puchero y no tuvo problema a la hora de contar que no era muy buena en la cocina. "A veces cocinaba bien, a veces mal", contó la mujer, entre risas, mientras hizo memoria sobre cómo llegó al hogar. "No recuerdo bien quién me trajo, ni por qué. Pero acá estoy bien y soy feliz. Es raro que hagan tanta fiesta por mí", agregó Josefina mientras esperaba avanzar por la rampa hacia el escenario del teatro. Hace un tiempo que está en silla de ruedas porque dijo que ya no se siente segura caminando sola. Pero nada de esto es un límite para que la mujer siga arreglándose como cuando tenía veinte años.


 

>>  Acto con música y reconocimientos 

Ayer, el teatro que está en la Residencia de Adultos Mayores Eva Duarte, fue el escenario para realizar el acto central para conmemorar el "Día mundial de la toma de conciencia del abuso y maltrato en la vejez. En ese marco se llevó a cabo la entrega de distinciones a unos 20 adultos mayores de la provincia, que se destacan en distintas actividades. Además se presentó el corto ganador de un concurso sobre temática referida a esta franja etaria.

La música de la mañana llegó de la mano del coro de la Residencia que deleitó con varias canciones al público que estaba conformado no sólo por residentes. Es que además hubo personas de distintas instituciones y voluntarios que trabajan con la gente del lugar.

Esto forma parte de una serie de actividades que se están llevando a lo largo de esta semana, incluida una campaña para crear conciencia sobre la importancia de respetar a los adultos mayores.