Trabajo en equipo. Los viernes es el día que dedican los chicos para reunirse, sobre todo en épocas previas a los carnavales.

Desde febrero de 2015, cuando causaron furor en el carnaval de Rawson, la Murguita del Sur no para de crecer. No sólo porque está cada vez más compacta, con mejores coreografías y vestuario, sino porque además sus integrantes son los más aplaudidos y los más buscados para que participen en distintos corsos de la provincia. La última presentación fue en el Carnaval de la Gente, en Rawson, y el mes de marzo tienen agenda completa. Es por eso que siguen los ensayos con todo.

Son más de 40 personas las que integran la murga, de las cuales 30 tienen algún tipo de discapacidad mental (desde las más leves a las más profundas) o motriz. La idea es propiciar la integración para que todos puedan trabajar en equipo. Así, entre bailes, saltos, máscaras, cantos y estandartes, este grupo se propuso dar batalla a la discriminación, algo que vienen logrando desde noviembre de 2014, cuando se conformaron y que muestran que es posible, cada vez que actúan.

Un espectáculo. En la presentación que realizan en los corsos, llama la atención el vestuario colorido que las mamás confeccionan.



El fin de semana pasado causaron furor cuando danzaron y cantaron por calle Superiora. Varios minutos ante el palco oficial fueron más que suficiente para que la gente los aplaudiera de pie y así pudieran lucir sus trajes. Este fin de semana les toca actuar en Médano de Oro, y luego lo harán en Villa Italia, Rawson. También los invitaron desde La Bebida.

Creatividad y esfuerzo. Es lo que ponen en práctica los más de 40 chicos que participan de esta murga integradora.

La Murguita del Sur dio sus primeros pasos en la Biblioteca Popular Sur. Muchas horas de trabajo sirvieron para que hoy estas personas deseen que llegue el viernes para poder ensayar. Según contó Andrea Narvaez, que está al frente del espacio Braille de la Biblioteca Popular Sur, la paciencia y dedicación es la clave para que el grupo funcione. El grupo es parte de una estructura municipal que comenzó en 2012, en el marco de las Murgas Comunitarias. En principio, la idea de este programa fue contener a los chicos, sacarlos de la calle y alejarlos de las adicciones y el ocio, además de incentivarles la creatividad. Por eso es que se preparan en percusión, baile, canto, destrezas y hasta todo lo que tiene que ver con la confección de los vestuarios, área en la que participa activamente la familia.

"Cada uno hace lo que puede y como puede. La consigna es hacer. Es por eso que trabajamos con las limitaciones y las posibilidades", dijo Andrea.