Muy complicado. Dos sectores de los numerosos que hay en la huella minera para llegar a la escuela Hernando de Magallanes, que la tornaron este año prácticamente intransitable. La demora en el viaje reduce el tiempo de clases. 


 

El grupo de profesores itinerante que enseña en ocho escuelas rurales del departamento Valle Fértil está preocupado especialmente por llegar a una en particular. Se trata de la Hernando de Magallanes, ubicada en las Sierras de Chávez, que se encuentra a 45 kilómetros de la villa cabecera, San Agustín.

El problema radica en la huella minera para acceder al establecimiento educativo, en realidad a la desaparición de varios tramos debido a las crecidas en el último verano.

Si bien los educadores se trasladan en un vehículo 4x4, las pésimas condiciones del camino obligan a un traslado tan lento, que se duplicó el tiempo de viaje. El año pasado tardaban desde San Agustín entre 2 horas y 2 horas y media y actualmente son cinco las horas que transcurren para arribar a destino.

Y esta demora repercute en la calidad educativa, pues aumenta considerablemente el riesgo de un accidente si se transita de noche, por lo que los profesores deben retirarse antes de la escuela para poder aprovechar la luz solar.

Así lo reconoció, al ser consultada, una de las profesoras, Norma Elizondo, quien agregó que por esa huella también van hasta la escuela "Reconquista de Buenos Aires".

La docente de matemática afirmó que el problema se originó por el aumento del caudal de río y que la primera vez en este año que debieron ir a las escuelas, sencillamente no pudieron hacerlo. Si bien bajó el nivel del río, las condiciones en que quedó la huella son malas. "Para poder ir, le pagamos entre los profesores a dos obreros para que despejaran de piedras la primera parte del camino, pero eso solamente se puede hacer bien con una máquina vial", afirmó la docente, quien agregó que el riesgo de un accidente es realmente importante: "Hace una semana volcó un jeep que llevaba artículos de donaciones en una cuesta y por poco no cayó al precipicio. Estamos poniendo en peligro nuestras vidas".