"No se puede perder más vidas por culpa de quienes manejan a alta velocidad y de quienes tienen la responsabilidad de hacer alguna obra para evitar tragedias. Hemos pedido semáforos y reductores de velocidad, pero no hemos sido escuchados", resumió Ariel Díaz, un vecino, la situación que viven en el barrio Huazihul, en Rivadavia. La muerte de una joven de 21 años el jueves pasado y en calle Almirante Brown reavivó el reclamo vecinal para encontrarle una solución a esa conflictiva y peligrosa calzada. Aseguran que en el tramo que va de Benavídez a Coll se da un combo pernicioso: la alta velocidad que desarrollan los conductores, un intenso tráfico que incluye camiones de gran porte por la cercanía del Parque Industrial y una calle angosta con una banquina intransitable.

El jueves pasado, Camila Llanos fue atropellada por un camión cuando iba en su bicicleta a trabajar. El impacto fue tal que perdió la vida en el lugar. Apenas tenía 21 años. Su muerte elevó nuevamente el reclamo de los vecinos del barrio Huazihul, que aseguran vienen pidiendo desde hace mucho que realicen obras en calle Almirante Brown.

Velocidad. Los conductores desarrollan altas velocidades, incluso los de las tres líneas de colectivos de la zona y de los camioneros del Parque Industrial.

De acuerdo a los testimonios, los siniestros viales son comunes en la zona. Algunos, por su gravedad, trascienden más que otros, como la tragedia de Camila o el que sufrió el repartidor de un conocido supermercado, quien a metros donde la joven fue arrollada por un camión, fue impactado y arrastrado varios metros por un colectivo de La Marina, que iba muy rápido.

"Justamente, el principal problema es la velocidad. Acá los autos, las motos y especialmente los colectivos y los camiones que van y vienen del Parque Industrial aceleran demasiado; hay mucho de irresponsabilidad de los conductores. Pero además, esta calle quedó muy angosta para tanto tráfico, sin contar que la última repavimentación dejó muy alta la capa asfáltica y el desnivel con la banquina es muy pronunciado", indicó Mario Giménez, frentista de la calle Almirante Brown.

La banquina, desde Coll a Benavídez, es de ripio y entre esa superficie y la altura con la calle hay una especie de "canaleta", prácticamente imposible de transitar. Así es que en un ancho de casi 6 metros que tiene la cinta asfáltica avanzan de ida y vuelta camiones, autos, colectivos, ciclistas y motociclistas.

"Si hubiera banquinas pavimentadas se ganaría en ancho; pero así como está todo, hoy hay más veredas que calle", graficó una vecina. Justamente, las veredas en la zona tienen casi 7 metros de ancho, por lo que de un lado y del otro suman 14 metros, más del doble que la carpeta de asfalto. La Almirante Brown, en tanto, es una calle neurálgica puesto que comunica Rivadavia con Chimbas, pero además porque atraviesa el canal Benavídez. Y eso, a diferencia del resto de las arterias del barrio Huazihul que corren en forma paralela, hace que el tránsito sea intenso.

  • Las opciones que analizan en la Municipalidad

En la Municipalidad de Rivadavia dijeron que trabajan para tratar de solucionar los conflictos que genera la calle Almirante Brown. Inicialmente pensaron en hacer que sólo tenga un sentido de circulación, pero al no tener otras calles cercanas que atraviesen el canal Benavídez esa alternativa fue descartada. Desde la Secretaría de Obras del municipio indicaron que ya colocaron reductores de velocidad antes del cruce con calle Laprida y evalúan instalar otros más, pero entienden que no pueden instalarlos cada 100 metros.

El pedido vecinal por semáforos sigue en estudio, a la vez que analizan opciones para mejorar las banquinas puesto que no hay maquinaria que permita hacerlo en tan poco ancho, aseguraron.