Un barrizal. Ayer el interior de las casas estaba hecho un desastre. Las familias buscaron la forma de sacar agua y barro para poder volver a la normalidad. En algunas casas debieron sacar el agua con bombas para intentar habitarlas de nuevo.

Las enormes gotas de agua que cayeron en gran parte de la provincia el miércoles por la tarde noche dejaron mucha tristeza y daños en algunas zonas. La situación más compleja se vivió en Pocito, en el asentamiento La Unión, donde unas 350 personas perdieron prácticamente todo porque la creciente arrasó. En esa zona, al sur del departamento, la lluvia hizo que las paredes de los ranchos se agrietaran, se filtraran y en algunos casos hasta se cayeran dejando a varias familias en la calle. Ayer, las personas de este asentamiento seguían sufriendo las consecuencias de la primera lluvia del 2020 y temían porque el pronóstico indicaba la presencia de más lluvias. De hecho, el alerta por posibles tormentas sigue vigente hasta hoy inclusive.

Belén Miketek y su esposo perdieron todo. El agua se metió por huecos que hizo en los adobes e inundó la casa; de hecho, hasta ayer el barro hacía que fuera imposible poder entrar a la humilde vivienda. "El agua nos llegaba a las rodillas y no sabíamos qué hacer. Como pudimos, con mi esposo sacamos la heladera, pero no sé si va a funcionar nuevamente", dijo la mujer que no pudo disimular la angustia de ver cómo todas su pertenencias quedaron llenas de agua y barro. Al igual que ellos muchas familias más (ver aparte) quedaron en la misma situación. Es por esto que durante la jornada de ayer las calles del asentamiento se llenaron de gente en las veredas y de máquinas de la Municipalidad de Pocito que trabajaron sin parar, además de la gente de Desarrollo Humano que se acercó a brindar asistencia.

Según explicaron los vecinos, el agua produjo problemas porque se rompieron unas defensas que estaban formadas detrás de las viviendas. "La línea del ferrocarril nos servía de defensa, pero en algunos patios de las casas eso se rompió y el agua arrasó con todo. Era muy triste ver cómo la ropa, los juguetes de los chicos y hasta los electrodomésticos flotaban en el agua", contó Alfredo Flores, uno de los vecinos más afectados por la lluvia. Él y su familia se quedaron sin casa y hasta ayer no sabían cómo iban a seguir tras la tormenta. "Además tenemos miedo porque dicen que esto va a seguir y si es así, cómo hacemos con nuestras casas y lo poco que nos quedó", agregó Erica Córdoba, otra de las personas que perdieron casi todo.

Además de esta zona, la lluvia también produjo daños en algunas viviendas de Calingasta y de Jáchal. Desde el Ministerio de Desarrollo Humano comentaron que evacuaron a 4 familias (dos de cada departamento) por filtraciones de los techos. A la vez dijeron que estaban trabajando para dar materiales de construcción, para que esa gente pudiera reparar sus viviendas. En otros departamentos hubo cortes de calles o rutas por la creciente.

Según el Servicio Meteorológico esta tarde puede volver a llover, mientras que la temperatura máxima prevista es de 37´C. Además, mañana estará nublado durante casi toda la jornada, pero no pronostican lluvia, mientras que la máxima será de 37´C.

  • Se quedaron sin lugar donde vivir

Natalia Godoy y su familia quedaron en la calle. La mujer, sus hijos de 7, 4 y 1 año y su marido debieron pasar la noche en lo de un vecino porque el agua entró con tanta fuerza que les derrumbó las paredes de adobe. "Perdimos lo poco que teníamos y no sé cómo vamos a volver a empezar", dijo mientras miraba los restos de su rancho.

  • Un rancho improvisado

Matías Valle, su esposa y su nena de 8 años pudieron salvar sólo algunas pertenencias, pues el agua les arruinó todo. Con nailon hicieron un rancho improvisado porque su casa se derrumbó en algunas partes. "Lo primero que hice fue sacar la heladera porque es lo más caro que tenemos, pero no sé si sirva", se lamentó Matías.

  • La angustia de Paola

"Cuando entramos a la casa y vimos todo mojado no podíamos creerlo. Mis hijos se quedaron sin ropa, ni colchones", dijo Paola Chávez, que tiene tres chicos de 10 y 6 años, y de 11 meses. Sus vecinos estaban en las mismas condiciones.

  • Sin chances de volver

Gabriela Castro tiene tres hijos, de 6 y 3 años y un bebé de 10 meses. Ayer no podía disimular la angustia, pues los bomberos le dijeron que su casa estaba inhabitable, porque las paredes estaban agrietadas por el agua que ingresó.