Con una cámara digital no existen los obstáculos técnicos: para el aficionado todo se resume en apuntar y disparar. Sin embargo, para poder sacar fotos durante un periodo largo de tiempo (como por ejemplo, unas vacaciones), será necesario adoptar algunas medidas elementales.
La capacidad, tarde o temprano, lucirá insuficiente. Las cámaras digitales generan la sensación de que se pueden efectuar infinitas tomas, con lo que a veces el usuario no escatima de apretar el disparador. De hecho, para esto mismo es que se inventaron. El problema es cuando aparece el cartel de “memoria insuficiente”.
En este punto se abren varios caminos posibles. El más lógico es sacar la tarjeta, insertarla en el lector de la notebook y descargar las fotos. Tener una segunda tarjeta, es aún más útil. Pero como no siempre se disponen todas las comodidades, la otra alternativa es reducir el tamaño de las fotos desde el menú de la cámara. Resulta útil tener en cuenta que en 2GB entran unas 800 fotos de 5 Megapíxeles, 730 de 6MP, 650 de 7 MP y cerca de 580 de 8MP.
Es saludable también, formatear la tarjeta de memoria regularmente para evitar fragmentos de archivos. También es recomendable no borrar las imágenes desde el visor de la cámara, y nunca sacar la memoria cuando la cámara está encendida. Así, se maximizará la vida útil de la memoria.
Siempre es prudente llevar pilas o batería de repuesto para evitar quedarse con las pilas agotadas. Pero para maximizar el uso de las mismas, es recomendable apagar el visor desde la configuración siempre que sea posible y tomar las fotos usando el visor óptico de las cámaras convencionales.
Por supuesto, de nada sirven las anteriores recomendaciones, si no se toma el recaudo de adquirir una funda acolchada, para evitar el polvo y el agua. Por otro lado, si se viaja afuera de la Argentina, debe tenerse en cuenta que en otros lugares se utilizan otros tipos de toma corriente, por lo que deberían llevarse adaptadores para poder cargar los aparatos electrónicos.