La denominación m2m (machine to machine) es un concepto genérico que hace referencia al intercambio de datos entre dos máquinas remotas. Entre sus variadas aplicaciones se encuentra la posibilidad de automatizar tareas que hasta ahora necesitaban de la intervención de seres humanos. Por ejemplo, una máquina expendedora de bebidas puede informar su stock o la detección de un mal funcionamiento, todo en tiempo real y sin que un operario deba desplazarse hasta la ubicación de la máquina. Otra aplicación, que algunas empresas de transporte ya implementan, consiste en dotar a sus vehículos de un dispositivo que informa de manera permanente la ubicación de la flota, su estado y hasta datos menores pero relevantes como la apertura de puertas, tapa del motor o gasto de combustible.
Cómo funciona
La comunicación entre máquinas se realiza utilizando la arquitectura cliente-servidor. Los clientes poseen un dispositivo m2m similar a un celular que incluye un chip de telefonía móvil. Estos módulos m2m tienen la particularidad de poder ejecutar aplicaciones específicas que recolectan información de su entorno y la envían periódicamente al servidor. Además, cuentan con actuadores que son capaces de accionar mecanismos en respuesta a una orden enviada desde el servidor. Los módulos reciben alimentación de la máquina que los aloja, pero tienen una autonomía suficiente como para seguir enviando información durante varias horas o días luego de un fallo importante.
Un futuro cercano
En la actualidad la mayor parte del tráfico registrado en las redes de datos proviene de la comunicación entre seres humanos. Pero cada vez son más los dispositivos conectados a través de internet. Es por esto que se dice que estamos pasando del "internet de las personas" al "internet de las cosas". La tecnología m2m aporta, sin duda, un amplio espacio de desarrollo para la industria, el campo, el transporte y hasta los servicios del hogar.

