Es extraño escuchar a un desarrollador del recorrido de Shingo ‘Seabass’ Takatsuka decir lo importante que es escuchar a los usuarios. Si por algo ha sido reconocible Pro Evolution Soccer, es por la autonomía de sus creadores.

Hasta ahora todo había sido hacer el mejor simulador de fútbol. "Hemos querido preguntar a los usuarios qué piensan del juego y cómo podríamos mejorarlo", comenta John Murphy, responsable de comunicación de Pro Evolution Soccer para toda Europa. "Escuchar y aprender", apunta Seabass.

Konami quiere que ese procedimiento se convierta en rutina para crear su videojuego de fútbol. "Nosotros estamos en Tokio y nos interesa mucho saber cuál es la opinión de los jugadores europeos. Hemos hecho el juego que querían los fans", argumenta el creador del juego.

Los usuarios pidieron realismo
El resultado de tanta encuesta, foro, reunión y campeonato es que los jugadores de Pro Evolution Soccer no quieren que los jugadores corran más rápido o que haya más goles en los partidos, "quieren realismo", dice Murphy.

De ahí los principales añadidos de este año: un sistema de contacto más real y una casi infinita variedad a la hora de crear elementos tácticos ya sea a través de las características del equipo como conjunto (sistema de barras) o de las habilidades concretas de cada uno de los jugadores (sistema de cartas).

Y, cómo no, dentro de ese afán por llegar a la simulación total, el realismo en el aspecto gráfico era indispensable. Se han modificado un poco los colores para llegar a ofrecer sensaciones mucho más similares a la de los partidos que se transmiten por televisión. Eso unido a un mayor número de sombras, público en 3D y minúsculos detalles que sólo suman, hacen que en conjunto la imagen sea mucho más completa.