La semana pasada se ha producido, finalmente, un acontecimiento esperado. Internet Explorer, propiedad de Microsoft, ha caído del primer puesto en la lista de los navegadores más usados en el
mundo cediéndole el puesto a Chrome, desarrollado por Google.
A mediados de la semana pasada StatCounter (statcounter.com), uno de los sitios de referencia mundial a la hora de medir las tecnologías, usos y costumbres de los usuarios de internet, lo hacía público. Pocos días después Sundar Pichai, vicepresidente
de Chrome, lo confirmaba.
En declaraciones recogidas por el sitio TechCrunch (techcrunch.com), Pichai afirmaba que la cuota de mercado de
Chrome es, en algunos países, superior al 50%, aunque a nivel global está en torno al 33%. De todos modos, el directivo no dio datos exactos, aunque sí explicó que Chrome creció "aproximadamente un 300% el año pasado" y que tienen
"cientos de millones de usuarios activos".
A Chrome e Internet Explorer les siguen Firefox, uno de los proyectos de desarrollo independiente que más lejos ha logrado llegar, y Safari que, aunque también tiene versiones gratuitas para Windows y Linux, es usado casi exclusivamente en entornos Mac (incluidos iPhones, iPads y demás dispositivos de Apple).
POSIBLES CAMBIOS
Hace muy poco se han desatado rumores que involucran a Opera, el más pequeño entre los grandes. Al parecer Facebook estaría detrás de una posible adquisición de Opera, en línea con la estrategia emprendida con la compra de Instagram y Face.com, esta última todavía sin descartar ni concretar. De hacerse efectiva la adquisición, es previsible que con el apoyo de la red social más importante del mundo Opera ascienda rápidamente en la lista, incluso hasta llegar a pelear por las primeras posiciones.
