Las cuentas de usuario y la información “en la nube” es el nuevo patrimonio virtual de valor que cada persona posee en Internet.

Esto genera inquietud para quienes manejan grandes volúmenes de datos en la red: ¿Al partir, quién gestionará mi información?
Internet ocupa un rol cada vez mayor en la vida. ¿Y en la muerte? También: varios servicios web permiten a los fallecidos enviar mensajes desde el más allá o dejar sus contraseñas a modo de testamento.

Toda la información que ingresa a la web permanecerá ahí por mucho tiempo, a menos que el usuario se encargue de borrarla. Muchos de esos datos quedarán como una suerte de panegírico digital, recordando las vidas de las personas en algún servidor.
Pero ¿qué ocurre, por ejemplo, con los correos electrónicos, los videos subidos a YouTube, las imágenes en Flickr, nuestro blog, Facebook, Twitter y tantos otros servicios? Acceder a esas cuentas suele ser una quimera para los parientes de un fallecido, ya que los sitios web no pueden entregar sus contraseñas a cualquiera que lo reclame.

Es conocida la historia de una familia que tuvo problemas con Facebook porque no le permitía retirar el perfil de un periodista recientemente muerto, algo a lo que accedieron tras varios reclamos. Es sólo una de la larga lista de historias similares, con personas que incluso siguieron pagando por servicios que sus parientes fallecidos habían contratado.

Para resolver ese problema llegó Legacy Locker, que se promociona como una suerte de caja fuerte online para guardar todas las contraseñas de un usuario y entregarlas a los herederos tras su muerte, mediante un proceso de comprobación de identidad.

El almacenaje de contraseñas cuesta U$S 30 al año o se puede contratar con un pago único de U$S 300. También existe una versión gratuita, pero de capacidad limitada.

Otro servicio post-mortem lo ofrece The Last Messages Club (Club de los Últimos Mensajes). Permite escribir mails que serán enviados después de la muerte. Sólo hay que redactar los mensajes, y designar personas encargadas de informar al sitio sobre la triste noticia. Para utilizar el servicio, basta con ingresar a www.lastmessagesclub.com.

Existe una versión en español llamada Mis Últimos Mensajes, que guarda los escritos del usuario, pero no necesita que ningún familiar les informe de la muerte: El servicio envía correos electrónicos al suscriptor cada seis meses, y si no son respondidos después de tres intentos, libera sus mensajes a los deudos. El sitio es www.misultimaspalabras.com.