Esta dramática y heroica histórica digna de un filme, prueba que un videojuego utilizado con responsabilidad, puede resultar educativo. Hans Jørgen Olsen, un chico noruego de apenas 12 años, salvó a su hermana pequeña del ataque de un alce, gracias a técnicas que aprendió jugando a World of Warcraft, junto con una enorme dosis de valentía y sangre fría.
Hans y su hermana estaban dando un paseo por un bosque cercano a casa, cuando en un despiste traspasaron el territorio donde se encuentran habitualmente los alces salvajes. Sintiendo su territorio amenazado, un alce les atacó. Pero entonces Hans recordó sus horas frente al monitor por las vastas tierras de Azeroth, y esto les salvó la vida.
Lo primero que hizo Hans fue encararse (taunt) con el alce, para provocarle y desviar su atención, poniendo así a su hermana fuera del interés del animal. En World of Warcraft, esa técnica se utiliza para que los monstruos se alejen de los miembros del equipo que estén en situación más delicada.
Sabiendo que ahora él era el objetivo del alce, Hans utilizó otra técnica que adquirió en el nivel 30 del juego: simuló estar muerto. El alce no tardó en perder interés ante la figura “inerte” del chico y se internó en el bosque. Una vez que estuvo solo, recogió a su hermana, y volvió a casa para relatar su hazaña No es de extrañar que el padre le haya pagado una cuenta vitalicia en Word of Warcraft después del acontecimiento.
